Capitulo 23: Comienzo de Destinos

14 5 4
                                    

Isabela

Mi corazón casi se me salió por la boca cuando escuché mi nombre salir de sus labios. Jordanny me sonrió de una manera tan odiosa que me dieron ganas de zarandearla. Se estaba pasando en grande mis nervios, y me incitó a voltearme.

Claro, me habían llamado, tenía que girarme, obvio.

Pues bien, hazlo. Quiero acción. 

Lentamente, como si de una película de terror se tratase, me giré sobre mis talones. Y ahí estaba él. A solo unos centímetros de mí. Tuve que alzar mi cabeza para poder mirarlo mejor y, woah, sí que era guapo. Sus ojos eran de una marrón tan intenso que llegué a pensar que estaban brillando.

Alguien a mis espaldas carraspeó.

Claro, hablar.

-Eh... hola. – solté atropelladamente.

Jayden no me contestó, solo se quedó mirando mis labios un tiempo de más y luego carraspeó incómodo separándose un poco de mí al notar que estaba demasiado cerca.

No sabía que había aguantado tanto aire. Me permití inhalar oxigeno fresco antes de volver a mirarlo. Ahora sí me estaba mirando a los ojos.

- ¿Estás ocupada hoy? – la pregunta me tomó desprevenida.

- ¿Eh?

- Que si tienes que hacer algo hoy. En la noche, para ser específicos.

-Em, no, no lo creo. ¿Por qué? – por un momento mis nervios se esfumaron. Tenía curiosidad. Él puso sus manos en los bolsillos de su pantalón y empezó a balancearse ligeramente.

Estaba nervioso.

-Para hacer algo… juntos. Si quieres, claro. -me miró a los ojos. Vale, no era lo que esperaba para hoy.

Y exactamente ¿qué esperabas?

No sé. Rosas, chocolate, un cartel. ¡No sé, pero algo!

Mi amor, ¡ya está pasando algo! ¡Acaba y contéstale!

-Eh… sí, suena perfecto, ¿a qué hora?

-Como a las siete. ¿Te paso a buscar? -  sabía que esa pregunta ya tenía una respuesta obvia, pero como quiera respondí.

-Claro, te envío mi dirección luego.

-Genial… pues… vale. -nos quedamos mirándonos el uno al otro.

En mi vida me habían dado tantas ganas de besar a alguien y al parecer él también lo estaba pensando porque dio un paso al frente sin despegar sus ojos de los mío, y justo cuando yo pensaba acortar la distancia él volvió en sí y se separó.

-Bien, nos vemos. -y como alma que lleva al diablo entró en el salón que ya habían abierto.

-Madre mía, ¡cuánta tensión! – exclamó Jordanny.

Y eso que el día no se ha acabado.

Efectivamente, este día no se acababa. Las horas pasaban tan lentas que llegué a pensar que mi reloj se había dañado. Pero no, era yo. ¡Cómo podía estar tan nerviosa y emocionada a la vez! Era estresante. No. Estresante era ver que el bendito reloj no se movía. ¡AAHHH!

-He, chica enamorada.

-Qué quieres Jordanny. -contesté con las manos cubriéndome la cara.

-Nada, solo me fascina verte estresada.

-Sí, lo sé, gracias.

- De nada. Pero ya enserio, esto es genial, parecemos la típica película cliché. -dijo emocionada, raro en ella.

Destino InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora