ii.

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—¿Y acaso ahora eres voyeur o algo así?

Es una burla obvia, dicha con toda la intención de molestarle, pues una sonrisa burlesca se marca en sus labios y sus ojos rosas.

—¿Por qué mierda dejaste entrar al maldito insecto aquí?

Rin se quejó, arrebatándole las fotografías de las manos a Shidou, golpeándole con su otro puño en las costillas.

—¡¿Por qué carajos te atreves a golpearme, uh?!

—¡Porque no tienes ningún derecho a meterte en mi maldita habitación, empleado!

—¡No soy un maldito empleado!

—¡Lo eres porque te pagamos por estar aquí, cucaracha!

—¡Tú no me pagas! ¡Y no tienes ningún derecho a hablar porque Sae también te paga!

—¡Pues yo...! ¡Mierda! —Rin se quejó al sentir una patada en la espalda, y Shidou también gruñó al recibir un golpe en el estómago.

—Cállense los dos. —Sae habló con voz calma, manteniéndose de pie justo en el centro, mientras los otros dos recuperan el aire. —Rin, no tienes ningún derecho de llamar empleado a Ryusei. Y tú, pequeño demonio, no tienes ningún derecho de entrar en la habitación de Rin sin su consentimiento. Dejen de actuar como niños.

Los otros dos se miraron con rabia antes de desviar la vista, y bufar, aguantandose las ganas de seguir peleando, sin ánimos de hacer enojar al mayor de los tres.

—¿Por qué razón estaban discutiendo? —preguntó el de cabello rojizo.

—Porque tu lame botas personal se metió a mi habitación a revisar mis cosas. Él ni siquiera debería entrar a mi apartamento. —Se quejó el pelinegro con los brazos cruzados mientras ordenaba las fotos en sus manos.

—Pues por mucho que te duela, Sae me dejó entrar y no puedes hacer nada al respecto. —Shidou le mostró la lengua en señal de burla, y tuvo que echarse un paso para atrás para evitar el puño que venía en su dirección. —¡Sae, míralo!

—Rin, deja de golpear a Shidou.

—¡No lo quiero en mi apartamento!

—No puedes prohibirle la entrada. Ese fue el trato cuando te dí este lugar. —comentó Sae, sin intenciones de echarselo en cara, aunque de cualquier forma, Rin se molestó por sus palabras, mucho más luego de ver a Ryusei burlarse de él. —Pequeño demonio, si sigues actuando como un dolor en el culo, voy a dejar de traerte conmigo.

—Lo siento. —Se disculpó de mala gana el mencionado, cruzándose de brazos. —Pero tu hermano cada día es más raro, ahora tiene tendencias de voyeur con sus fotos de desnudos.

—Rin, ¿Tienes alguna explicación al respecto?

Monocromático. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora