xxv.

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Al salir de la cafetería, ambos caminaron lado a lado, Isagi traía la mochila colgada en el hombro, mientras que Rin tenía sus manos guardadas en los bolsillos de su abrigo. De reojo pudo ver la sorpresa en el rostro de Yoichi cuando ambos se detuvieron frente al auto negro de neumáticos cromados. Así que Itoshi sonrió con soberbia, mientras desbloqueaba las puertas del auto con su llave.

—Entonces ¿Quieres que te lleve? —preguntó, riéndose con su voz ronca al ver el ligero temblor que causó en el cuerpo del mayor.

Isagi se quedó quieto, mientras miraba con algo de sorpresa en dirección al auto. Rin se quedó callado observándolo a él.

Otra cosa que había notado es que Yoichi era un poco distraído, o al menos, que el de ojos azules nunca se había puesto a pensar con demasiada profundidad en quien era él y todo lo que representaba ser un Itoshi.

A diferencia de otras personas que parecían solo esperar lo mejor de lo mejor por su parte. Isagi parecía sorprenderse con cada pequeña cosa costosa que veía por parte de él. Lo cual le parecía honestamente adorable.

Tan adorable que por supuesto que iba a molestarlo. Isagi parecía distraído así que le golpeó la nuca para sacarlo de su estupor.

—¡Rin! —gruñó al recibir el golpe, volteando a verlo con molestia. —¿Podrías dejar de hacer eso?

—Dejaré de hacerlo, solo si tú dejas de perderte en otra dimensión. —respondió Itoshi con un deje de burla en su tono. —¿Quieres que te lleve sí o no?

—¿A tu casa? —contestó con una sonrisa atrevida. Rin se rió por lo bajo, debido al pobre intento de Isagi por avergonzarlo.

—Si eso es lo que quieres. —El de ojos turquesa abrió la puerta del copiloto, inclinándose mientras hacía alarde de los centímetros de ventaja que tenía sobre Isagi, sujetando su barbilla entre sus dedos. —Yo no tengo ningún problema en llevarte conmigo.

Las mejillas de Isagi se sonrojaron de sobremanera, desviando la vista por la vergüenza que le causaban las risas de Rin.

Monocromático. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora