Ojo por ojo...diente por diente

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-Dios, alguien ayúdeme...ahhh!!!‐ Nancy corrió despavorida gritando por los pasillos

La cabeza del mayordomo le rozó la mano y el impacto de ver algo tan macabro le generó la adrenalina suficiente para huir nuevamente

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La cabeza del mayordomo le rozó la mano y el impacto de ver algo tan macabro le generó la adrenalina suficiente para huir nuevamente. Antes se había tropezado a causa del tacón roto y pese al esguince, continuó corriendo a duras penas.

-La, la, la, la! Pájaro enjaulado déjate atrapar y así mis frías garras, el cuello te traspasarán...miau, miau...♫♪-

La silueta de un demonio de cabello blanco cargando un hacha y que cantando una canción de cuna cuya letra cambió para la ocasión, puso a rezar a los empleados que se ocultaban bajo los muebles y en las habitaciones.

Un ser infame y salvaje que caminaba muy campechano tras su señora, les hizo recordar los rumores sobre los soldados imperiales que decían tener un arma tan mortífera, que destruyó naciones enteras sin piedad. Era un famoso soldado sin sentido común que lideró una escuadra de poco menos de 10 personas y aplastó Sodifrim en menos de mediodía para mostrar su nivel implacable de maldad mientras cantaba una hórrida canción.

El sanguinario carnicero mal llamado "La Bestia Escarlata", ostentaba el título de héroe al haberse cargado la mitad de las vidas que el imperio proclamaba que le arrebató a sus enemigos. Se decía que si ese engendro llegaba a ser visto cerca o tan siquiera si escuchabas la nana de la Parca, te daba la pauta de que esa tierra pronto se extinguiría.

El sonido de los tacones se detuvieron cuando la duquesa llegó a un callejón sin salida al fondo del pasillo. Alzando el hacha, Sunday sonrió para causar terror.

-Ahhhh!!!‐ Nancy creyó que sería asesinada en ese instante pero...

*Trost, trost!*

Los hachazos contra un armario cerrado, hicieron gritar a quiénes se ocultaban en el

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Los hachazos contra un armario cerrado, hicieron gritar a quiénes se ocultaban en el.

-Socorro!!!-

-Aquí estaban! Jajajaja!!!- pasando la cara a través del agujero, desmayó a las mucamas

-A quién encuentre escondiéndose como rata, lo haré carne picada para los sabuesos así que....SALGAN!- el sonido del hacha que siguió rompiendo las puertas, obligó a que los empleados salieran de sus escondites para escapar.

Dulce DomingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora