El destino es confuso realmente

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La bochornosa escena en los jardines seguía rondando a Sunday incluso en sus sueños, sumado a la visión de su difunto esposo pidiéndole matrimonio nuevamente. Le era imposible no comparar a ambos hombres que la ansiaban pero al despertar, lo menos que esperaba era encontrar a Ren dormido junto a ella y al verlo sonreír, por error lo llamó Red.

Entendió que su familia lo puso ahí como acostumbraban hacer cuando eran niños y para evitar un escándalo, se dispuso a largarse de allí rápidamente aún con una resaca que le partía la cabeza

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Entendió que su familia lo puso ahí como acostumbraban hacer cuando eran niños y para evitar un escándalo, se dispuso a largarse de allí rápidamente aún con una resaca que le partía la cabeza. Pero como una broma del cielo, fue arrastrada de nuevo a la cama por el brazo de Renzo que la acurrucó contra su pecho. La mente de Sunday estaba en blanco y se quedó dormida profundamente por el shock.

No fue sino hasta el amanecer que se percató y evitó a Ren a toda costa hasta que lo regresó a su casa. Para despejarse, recurrió a la biblioteca del palacio para continuar con su investigación atrasada escoltada por la emperatriz Zara y el profesor Jones. Dejando correr a Tigris sobre los libreros, se dispuso a buscar ciertos libros.

Leyendo cerca del ventanal, la pila de libros y papeles en diferentes idiomas dejaba a la vista a una persona que marcaba meticulosamente puntos estratégicos en un mapa basándose en las notas a su lado. Necesitaba procesar su conocimiento en lo menos posible para no perderlo excepto, que no previó una visita indeseable.

Sin siquiera detenerse a almorzar con los demás, Sunday seguía sumergida en su trabajo cuando cierto individuo se le acercó por detrás para ayudarla a alcanzar un libro.

Sin siquiera detenerse a almorzar con los demás, Sunday seguía sumergida en su trabajo cuando cierto individuo se le acercó por detrás para ayudarla a alcanzar un libro

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El prometido de Carlota, Jeremy Lafinour, se hallaba leyendo cuando vió a Sunday acompañada de la emperatriz. Le impresionó el conocimiento que manejaba la muchacha, que llegó a pensar que era una catedrática de la facultad.

-Es esta, ¿cierto?- el malestar de Sunday se elevó al girar y ver a quien originó el odio acérrimo entre Norah y Carlota

-Si- tomando el libro, se alejó hasta su lugar para leer

-No quise asustarte. No soy de este país por ello desconozco las costumbres.-

-...- la mirada fría y la nula respuesta lo hicieron sentir fatal

Dulce DomingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora