Blue Moon

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Carlota regresaba a sus aposentos y Jeremy se había adelantado dejándola atrás, muy molesto de ser vetado de la biblioteca.

Debido a su rabieta constante, no se percató de que se quedó sola y perdida en unos jardines desconocidos.

Árboles nunca vistos y animales exóticos paseando alrededor de ríos y cascadas artificiales, daban la sensación de estar en un paraíso en la tierra

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Árboles nunca vistos y animales exóticos paseando alrededor de ríos y cascadas artificiales, daban la sensación de estar en un paraíso en la tierra. Faisanes, panteras, papagayos, flamencos entre otras criaturas se movían tranquilamente cerca de diez niños que jugaban en la costa.

Perpleja de a dónde llegó, fue a preguntar a quienes jugaban despreocupados.

-¡Hey, mocosos!¿Dónde estoy?- prepotente, empujó al pequeño de piel morena al no obtener respuesta

El pequeño extrañado, solo la miraba como si fuese una loca pues nadie se atrevería a levantarle la voz y menos alguien que se metió en ese sitio de acceso restringido.

-¿Eres sordo? ¡Te pregunté algo!-

Los demás niños se acercaron al pequeño que no se inmutó en contestarle.
Rodeada de infantes de preescolar que la intimidaban, Carlota tuvo la grandiosa idea de empujarlos.

-¡Ay!- una niña, cayó contra una roca lastimándose el brazo y los niños se pusieron a la defensiva

-¡Malditos mocosos, muévanse del camino!- al ver que se acercaban, agarró una rama para ahuyentarlos

-¡Te atreviste a lastimar a mi hermana! ¡Haré que te apresen!-

-¡Tu no me das órdenes niño asqueroso!-

-¡Mujer ignorante, te haré pagar este insulto...-

*¡Plast!*

Propinándole una cachetada donde llevaba un filoso anillo, Carlota lo calló y los pequeños palidecieron al ver a su compañero de juegos empezar a sangrar.

-¡Guardias!- entre gritos, el niño llamó a la seguridad

Los guardias imperiales llegaron junto a una mujer mayor con ropas típicas de los gitanos y al ver a la niña herida y al niño con la mejilla lastimada, se sacó una sandalia para golpear a Carlota

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Los guardias imperiales llegaron junto a una mujer mayor con ropas típicas de los gitanos y al ver a la niña herida y al niño con la mejilla lastimada, se sacó una sandalia para golpear a Carlota.

Dulce DomingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora