III: Suzy

609 51 7
                                    


Ji-ji espera junto a Jimin, su prima, a que el barista les entregue sus bebidas.

Han estado haciendo cola diez minutos y el chocolate caliente y el café americano estaban siendo envasados hace un minuto.

El día es lo bastante soleado como para olvidarse del inminente llamado del invierno, sobre todo percibidas en las texturas anaranjadas de las hojas de los árboles que poco a poco se van pudriendo como la carne de un muerto. No hay mucho en su calendario para finales de año, lo mucho que tiene es un par de sesiones de fotos y pequeñas reuniones para terminar de firmar un par de contratos con futuros proyectos. A inicios de enero su agenda comenzaba a complicarse. Había un viaje a Alaska programado para filmar algunas escenas de su nuevo drama: Anna.La tiene emocionada de cierta manera, porque una excusa para salir de la prisión que era Seúl siempre era bienvenida.

Aunque por ahora, sólo hay una cosa que quiere hacer y es pasar tiempo con su prima.

Jimin ha venido sola a Seúl. Es una sorpresa bastante agradable y al mismo tiempo inesperada para ella. Sorpresa porque es raro para ella que su tía Yeol la dejara tomar un tren desde la Estación de Dongdaegu a la Estación de Seúl sola. Sus tíos, aunque agradables, también son personas bastante reservadas en cuanto a dejar que sus hijas viajen solas, sobre todo en medios de transporte. No después de tener experiencias tremendamente desagradables. Pensándolo mejor, Ji-ji hubiera preferido saber que Jimin vendría, así podía haber ido por ella a Daegu. No le importaba hacer un viaje de ida y vuelta. Ver a su familia le relajaba bastante, sobre todo era una excusa para probar un poco de la cocina de la tía Yeol.

Jimin sólo tiene quince años, la edad en que Suzy debutó en 2010. Y pensarlo le hace exhalar de una manera dramática y llena de pura nostalgia, se sentía tan vieja...

Es de las más pequeñas de la familia, ignorando a una prima que vive en Jeju; eso hace que la cuiden demasiado. No es para más, tiene una apariencia bastante 'frágil', si Ji-ji lo piensa. Su piel es tan lechosa como la de Hyun, su hermana. Tono de su cabello es de un negro intenso y brillante, que fácilmente le haría conseguir algunos contratos para comerciales de productos para el cuidado del cabello. Su rostro es como un triángulo invertido, su mentón afilado y grandes ojos marrones de cachorro. Y entre ambas comparten un arco de las cejas muy similares, sólo que el de Jimin es más grueso.

A diferencia del resto de los Bae, ella goza de no tener una presión fustigante por sobresalir. No como Su-ji ó Hyun por lo menos. Y aunque quisiera hacerlo, Hyun no permitiría que Jimin siguiera sus pasos. Ji-ji tampoco lo quería, como no quiso que Hyun hiciera esa audición y que dos años después aceptara empezar como aprendiz de SM Entertainment. Sin embargo, no hizo nada para impedirlo. De cierta forma ella envidiaba que Jimin no tuviera la presión de ser una fuente de ingresos extra para la familia. Que no fuera el objeto perfecto de empresario que buscaban explotar su imagen en todos los espectaculares de la ciudad.

Sólo tenía que vivir su vida, lo más ordinaria y tranquila que pudiera.

No como el resto de ellos que dejó todo por pura avaricia.

No tiene derecho a quejarse, ni a sentir envidia, ella hizo ese pacto con el diablo cuando firmó su primer contrato. No había forma ahora de echarse hacía atrás.

Tres minutos después se comienzan a exasperar un poco. El barista las llama por sus nombres: 'Su-ji' y 'Katarina'.

Pone los ojos en blanco ante la excentricidad del nombre de su prima.

— ¿Cómo ha ido la escuela? —, pregunta después de agradecer al tipo que las atendió que se pone colorado al reconocerla. El cartón se calienta en sus dedos cuando le da una mirada un tanto amenazadora.

Cuando las noches son de té y los días de lluvía| Suzé o SuséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora