CAPÍTULO 21. Castigo en celos

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Habla Natasha:

- Sabrás perfectamente lo que voy a usar en ti, ¿no? - preguntó sumamente enfadada.

- ¿La... Vara...Mommy? -Dije con nerviosa.

- Exacto. Hace falta que te diga que te tienes que desnudar... -Preguntó sin preguntar.

- No...

-Bien, pues vamos.

-No...

- No, ¿qué Mía?

- Que no lo haré. -Dijo con mucho miedo.

-Ah no... -Eso lo vamos a ver ahora- Dijo una Natasha tremendamente furiosa.

Natasha cogió del pelo a Mía y la tiró a la cama con brusquedad.

-Mommy...

-Esto es lo que has querido ahora te desnudaré yo.

-No, Mommy, nooo.

Natasha comenzó a romper la ropa que ella misma había comprado, le daba igual, estaba endemoniada pensando y pensando qué hubiera ocurrido en esta habitación sino llegar a haber venido. Los celos la hacían enfermarse. Sin límite alguno se atrevió a meterle mano a Mía en su sexo y comprobó que estaba excitada por lo de antes.

PLAF! Con la misma mano.

- ¡Eres una niña!

Se levantó, la colocó a la fuerza en las rodillas de la cama y comenzó a azotarla una y otra vez, una y otra vez sin descanso, ni siquiera la misma Natasha supo cuantos azotes de vara le dio, ni siquiera oía el llanto de la niña, estaba cegada por el odio, sentía que esto era una traición por ambas partes. Que su niña era suya y de nadie más, no podía controlarlo.

-Para, para Natasha. -Dijo Juan quitándole la vara de las manos.

Natasha se quedó mirando a Juan confundida.

-Mira como está ya sus nalgas ... Natasha... te has pasado... -Dijo Juan afligido pues ni él mismo haría eso.

Natasha observó, pero no dijo nada, se fue de la habitación.

Habla Juan:

-Mía cálmate, por favor.

-Me duele mucho señor Juan, muchooo. -Dijo llorando con el corazón afligido.

- Lo sé pequeña niña, te curaré las heridas.

Juan se fue a por el botiquín del baño y sacó agua oxigenada con gasas.

Mia se puso nerviosa cuando le echó el agua oxigenada porque las heridas le dolían mucho, definitivamente, Natasha había sido una sádica.

Habla Natasha:

Me he pasado, pero se lo merece, casi se acuestan las dos, sé que mi hermana la busca, pero Mía se deja, es como ella, son iguales debo hacer algo para retenerla aquí cuando cumpla su mayoría de edad. Pensaba mientras comenzaba a beber.

Ya sé le haré un contrato donde ponga que debe ser mía bajo mis cuidados hasta equis edad, bajo mi tutela, hasta que se saque su carrera, la que ella decida o la que decida yo, obviamente enrevesado para que no se dé cuenta. Pero ella es mía para mi nada más.

Al poco rato, Natasha estaba alcoholizada y subió a la habitación de Mía, ella estaba bocabajo durmiendo descansando de los golpes, se atrevió a volver a meter mano en su vagina y aún estaba excitada pero no podía ser todavía de Sandra, estaba muy mojada, era por...¿el castigo?

MOMMY, MI NUEVA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora