CAPÍTULO 4. Re-educándome. Parte 2.

8.2K 334 7
                                    


-¿Re-educarme? - Dije temblorosa.

-Sí, me llevará tiempo. Levántate de la cama, ahora.

-No.- Contesté desafiante.

-¿Cómo has dicho? - Dijo con un tono de voz que hizo que me dieran escalofríos.

Pero yo no me amedrenté y seguí con mi postura.

-No, he dicho.

-Muy bien, tú lo has querido, has desobedecido una orden, estás castigada.

¡Mierda! No sé que me espera ahora estoy temblando.

-Mommy, por favor...yo...

-Cuando digo que estás castigada es que estás castigada y no hay más. ¿Vienes aquí conmigo o tengo que ir por ti, te aseguro que será peor.

Me levanté llorosa, otra vez iba a estar en sus rodillas humillada como una niña pequeña y tengo diecisiete, ¡joder!

Cuando me puse a su lado, cogió mi mano y me tiró para tumbarme en sus rodillas.

-Bien, ¿por qué te voy a castigar?

-Porque he desobedecido una orden... -Dije en voz bajita, ya sabía lo que me esperaba.

-Y, además, dos veces, añado tu mala forma de contestarme hace un rato ordenándome que no...¿llevarías qué?

-Baby y pañal.

-Exacto, buena chica. Te daré cincuenta azotes con mi mano, quiero que cada vez que te dé me digas: "gracias Mommy". Si no lo dices comenzaré de nuevo, ¿entendido?

-Sí, Mommy. -Dije llorando y aún no había comenzado. Me sentía pequeña en sus rodillas, no entiendo por qué la obedecía, podría escaparme pero ni siquiera me atrevo.

¡Zas!

-Gracias Mommy.

¡Zas!

-Gracias Mommy.

¡Zas!

-¡Ah! Gracias Mommy.

¡Cincuenta azotes, cincuenta azotes! Mi culo estaba a rojo vivo y yo no podía dejar de llorar.

-Ahora ponte de rodillas en esa esquina, con el culo al aire, ¿de acuerdo Mía?

Cuando me puse en la esquina, ella vino con dos libros grandes y puso cada uno de ellos en mis manos para que los sujetara frente a mí. Pesaban mucho y no podía aguantar.

-Mommy.- La llamé mientras ella estaba en el sillón de mi cuarto leyendo otro libro.

-¿Sí, Mía?

-No aguanto más me duelen los brazos Mommy.

-Bien, te daré dos opciones, o te doy de comer o te quedas así.

¡Mierda!¡Mierda!¡Mierda! ¿Por qué se empeña en humillarme?

-Prefiero quedarme así. -Dije con mi orgullo herido.

-Muy bien, te quedarás así hasta que yo lo desee y más te vale que esos libros sigan en alto Mía.

¡Joder! ¡Odio mi vida! No sé por qué tengo que hacerle caso.

-¿Sabe qué? -Dije soltando los libros. -Me voy, ya soy mayorcita como para comportarme como una cría. -Volví a decir levantándome.

-Eso quieres...

-Sí, me voy. ¿Te piensas quedar ahí? Tengo que cambiarme de ropa.

-Por supuesto. -Su mirada era impasible no podía adivinar en qué estaba pensando.- Ahora tienes diecisiete años.

-Siempre he tenido diecisiete años desde que llegué a esta casa S-E-Ñ-O-RA.

Ella sonrió ladinamente y no me gustaba nada.

-Bien, puedes irte.

-¿En serio?

-Sí.

MOMMY, MI NUEVA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora