Capítulo 24
Mia
Aprieto con fuerza el móvil, me quiero morir. Las imágenes de Lexie y Blake dándose un beso no salen de las retinas de mis ojos.
—Déjame ver— dice Lena a mi lado, arrebatándome el móvil de las manos— Parece que tu militar ya ha empezado una nueva vida, y promete que esta va a continuar cuando vuelva, por si te quedaban dudas de que este ya no es tu lugar— lee Lena en voz alta el mensaje que venía acompañado de las fotos.
—Seguro que fue la cara de vinagre esa— digo incorporándome de golpe.
—Aquí pone número oculto, ¿será ella?
—¿Quién si no Lena? Tu misma conoces las tretas de esa asquerosa, estará encantada enviándome estas fotos, pero bueno, está bien saber que el padre de mi hijo ya tiene otras ideas en la cabeza.
Sin darme cuenta comienzo a notar humedad por mis mejillas, y cuando me miro en el espejo de mi habitación veo que efectivamente estoy llorando. No sé en que momento mi corazón volvió a latir con ilusión por un hombre diferente a Paul, al igual que tampoco sé en que momento me permití volver a sufrir por el amor, pero aquí estoy de nuevo, aunque esta vez una persona me acompaña de cerca.
Llevo las manos a mi barriga y la acaricio con suavidad. Aún no se nota que estás ahí, pero yo te siento, más que nunca te siento.
—Mia..., ahora no estás en el momento más adecuado para hundirte, ahora hay algo más que te ayudará a salir a flote, además, ¿tan sólo fue una aventura no?
Una aventura, quizás eso era lo que mi mente buscaba pensar cuando notaba que mi corazón se aceleraba demasiado ante las caricias de Blake. O cuando me contagiaba su sonrisa, cuando me miraba...Dios mío en que momento.
—¿Mia?
—Quizás no era una aventura, quizás..., había algo más— digo mientras noto como más lágrimas salen de mi rostro.
—Oh Mia, por favor, tenías que haber sido sincera contigo desde un principio— Lena se sienta a mi lado y me abraza con fuerza— siempre te has ocultado detrás del humor para fingir que nada te importa y al final, eres más frágil de lo que crees.
—Y ahora más, putas hormonas— digo alzando mi puño al aire.
Lena se ríe conmigo.
—Espera a sentir devoción por los pepinillos en vinagre, ya verás.
Ambas nos reímos de nuevo.
—No sé si Paul logrará algo Mia, pero tu siempre vas a tener una familia, que cuidará de ti y de esa persona que viene en camino— Lena coloca su mano en mi tripa y yo no dudo en poner la mía sobre la suya.
—No sé que haría sin ti
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1 semana después
— ¿Por qué ese deseo de ser madre?— Blake me observa curioso, mientras mojamos los pies en el río que se convirtió nuestro lugar.
—Porque siempre quise sentir algo mío, darle el amor a alguien que me habría gustado recibir a mí, sentir ese orgullo, ese amor incondicional, saber que será algo que nunca te fallará...
—Bueno eso de que nunca te fallará es relativo, eso no lo sabes, a veces las personas que más amamos nos fallan, y en muchas ocasiones es porque ponemos unas expectativas demasiado altas.
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Sin fecha de caducidad
RomanceLa vida de Mia nunca ha sido del todo fácil, a pesar de las comodidades de su familia. Pero que su vida no fuese fácil y acabase en un campamento militar acabó siendo una oportunidad única para conocer a sus nuevos amigos, aquellos que estarían a su...