Capítulo 26
Mia
Me siento realmente agotada, los días se hacen largos y monótonos, y lo peor es que el miedo no abandona mi cuerpo. Mi sueño, que ahora descansa dentro de mí, ha estado a punto de desaparecer, y de dejarme de nuevo con las esperanzas de aquello que pudo ser y no fue.
Observo de nuevo la habitación del hospital, fijándome en los pequeños detalles de la misma, mientras no puedo evitar pensar lo que Paul hizo por mí, a pesar de todo, el ha querido sanar de alguna manera aquellas heridas abiertas del pasado, y por ello se aventuró a ir hasta allí y salvar a Blake.
Realmente ahora me siento confundida, y no se que hacer con mi vida. Ese acto altruista de Paul ha cambiado todo aquello que pensaba y todo aquello que también creía muerto.
Los recuerdos se apoderan de mi mente, como un álbum de fotos que no deja de pasar sus páginas, viendo todo aquello que en su día nos hizo feliz, todo aquello que creíamos que sería para siempre.
FLASHBACK
Peino mi pelo con esmero, estoy nerviosa, porque realmente no tengo nada que me ayude a impresionar a ese joven soldado que va cruzando el campamento y viene directo a mí. Realmente no puedo cubrir mis ojeras, ni pintarme los labios, ni por dios, tampoco tengo nada para mi pelo, si parece que estoy tocando el pelo de una escoba que está a punto de tirarse.
A el en cambio parece darle igual, porque en cuanto su vista recae en mí, ya no me siento fea, sino que me siento alguien importante y única.
—Estás preciosa Mia— dice Paul en cuanto se planta justo en frente de mí.
—Tu en cambio estás aún más sexy sin la ropa del campamento, ¿no te dirán nada?
—Verás, me he contagiado un poco de tu lado alocado y...— saca del bolsillo de su vaquero las llaves de un coche— nos vamos a escapar a un sitio.
—Pero mírame— digo señalando mi ropa sucia a causa del entrenamiento que nos obligó a hacer el teniente Wollach.
Lo que no puedo admitirle a este hombre es que con la prisa de verlo, ni si quiera me dio tiempo a cambiarme, corrí tal y como me encontraba al lugar que el se había dejado de encargar escrito en un papel que descansaba sobre mi cama.
—Mia, algún día te darás cuenta que tu belleza es tan grande que no necesitas lucir nada distinto— recoge un pequeño mechón de mi rostro y deposita un pequeño beso sobre mi frente— ¿nos vamos?
Cojo su mano y me meto en el todoterreno negro que se encontraba a unos escasos metros aparcado. Paul conduce durante una hora, con el volumen de la radio a tope mientras canta una canción.
—Look at the stars Look how they shine for you And everything you do Yeah, they were all yellow
I came along I wrote a song for you And all the things you do And it was called Yellow
La melodía de la canción y la forma en la que Paul me la canta hace que mi corazón lata de una manera apresurada, realmente nunca antes había experimentado esta clase de sensación en mi vida y se siente como algo que realmente merece la pena sentir.
—Vaya eres toda una caja de sorpresas, además de militar sexy, agradable y simpático, también eres cantante, si lo haces para que me quite las bragas puedes pedírmelo directamente.
Paul estalla a carcajadas.
—¿En serio tienes tan poco filtro?
—Sí
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Sin fecha de caducidad
RomanceLa vida de Mia nunca ha sido del todo fácil, a pesar de las comodidades de su familia. Pero que su vida no fuese fácil y acabase en un campamento militar acabó siendo una oportunidad única para conocer a sus nuevos amigos, aquellos que estarían a su...