Maratón 4/4
Capítulo 10
PAUL.
Jodida Caroline, que lista es, porque si lo que pretendía es que no sacase de mi mente el hecho de que Mia está a miles de kilómetros de mí, conociendo a otro hombre, pues sí, lo ha conseguido y con mucho éxito.
Joder, Mia, en los brazos de otro hombre, dedicándole esas caras de placer que sólo me daba a mí, gimiendo, retorciéndose, sus pezones endureciéndose y..., dios, joder ya estoy duro de nuevo.
Recoloco mi miembro en el pantalón, como puedo, y camino por el aeropuerto arrastrando mi maleta, llego hasta el mostrador y la recepcionista no se corta ni un pelo en mirarme de arriba abajo, que descaro.
Pero aún así sonrío y le entrego mi pasaporte, ella teclea unas cuantas cosas y me entrega unos billetes.
—Que tenga un buen viaje señor Jones.
Asiento y le sonrío de nuevo antes de embarcar.
Una vez dentro del avión no dejo de darle vueltas a lo sucedido en los últimos días. Todo lo ocurrido con Arthur y su novia, joder, parecía volver a repetirse lo mismo de hace unos años atrás con Ian y Caroline.
De todas formas ahora me siento más tranquilo al saber que ese canalla está bajo tierra, ya que si llega a estar vivo lo mataría yo con mis propias manos, y más al enterarme de todo lo que le dijo a Mia, y como trató de propasarse con ella.
Joder, y yo no estaba allí, para protegerla y partirle la cara, aunque bueno, ella nunca necesitó de protección ninguna, siempre supo defenderse sola, y estoy orgulloso de ello.
Mia no es una mujer que necesite de un caballero de brillante armadura que la proteja, la cuide y la defienda, no. Ella es fuerte, valiente y única. Es salvaje y libre como el mar, y eso es algo que siempre me gustó de ella y me enamoró.
Fui un cobarde, un cobarde al irme de su lado, al alejarme y tratar de poner distancia, pero es que yo no soy tan fuerte como ella. Yo no podía hacer frente a le desilusión y la tristeza de sus ojos al ver que no podía ser madre, yo no podía cuidarla y ayudarla porque estaba igual de jodido que ella, así que pensé que lo mejor era alejarme.
Mia necesita de un hombre que sepa estar en las buenas y en las malas, y yo no estaba a la altura de esa situación. Pensé que con la distancia se olvidaría de mí, y que ella también se alejaría, pero no, Mia siguió siendo valiente e intentó luchar lo máximo posible por nuestro amor, pero yo, como seguía siendo un cobarde hice algo que me rompió el corazón, pero que más la destrozó a ella. Le envié el divorcio.
Quería que Mia fuese libre, y encontrase alguien que de verdad la hiciese feliz, y yo no era ese alguien, por lo que seguir unida a mi no tenía sentido.
Una vez envié los papeles firmados me sentí mal, y me arrepentí, pero no hice nada, dejé que todo siguiese su transcurso, y también esperaba que Mia no los firmase y entonces poder dar marcha atrás a todo.
Pero la sorpresa llegó cuando recibí esos papeles, y firmados, enhorabuena, dijo mi abogado, está usted divorciado, oficialmente. No sonreí, no me sentí mejor, sino que todo lo contrario, ahogué mis penas en alcohol y en sexo con desconocidas. Al día siguiente vomitaba y me daba asco.
Me frotaba con fuerza en la ducha y me sentía mal, porque sentía que estaba traicionando a Mia y a nuestro amor, ese que yo llegué a sentir único e indestructible.
Volví a casa con la esperanza de encontrarla allí, pero no había nadie. Todo estaba vacío, ni si quiera su ropa estaba allí, tan sólo quedaban unas cuantas prendas, y todo estaba metido en cajas, ¿pretendía irse?
Paré por casa de mi amigo y pasó todo lo que pasó... Arthur, Mystic, aquella chica que tanto me recordaba a Caroline...
En fin, por mucho que intenté hacer como si nada, y hacerles ver que estaba allí por pasar tiempo con ellos, al final, la realidad me golpeó de nuevo, y más con las palabras de Caroline, así que me fui de allí.
Hablé con mis jefes, hice unas cuantas llamadas y conseguí que me diesen el destino que solicité. Así que ahora estoy aquí, en este avión, con destino a Sierra Leona, sí, lo estáis leyendo bien, pienso ir allí y recuperar a Mia, cueste lo que cueste.
**
Una vez llego a la base militar me encuentro a una cara conocida, más que conocida, la sargento Zeta, bueno, ahora teniente, me saluda con mucha alegría, e incluso parece que llega a coquetear conmigo.
—Cuanto tiempo, ¿qué haces aquí?
—Estaba cansado de los destinos de siempre, y quería algo distinto— miento descaradamente y le dedico una enorme sonrisa.
Zeta me sonríe de nuevo y juguetea con su pelo.
—Me he enterado de lo tuyo con Mia, no sabes cuanto...
—Ya veo que corren los cotilleos— carraspeo y cambio de tema de conversación—¿y tú que haces aquí?
—Bueno después del campamento me destinaron aquí, me seguí formando y ascendí laboralmente, me gustó lo que desempeñaba en este lugar y decidí quedarme permanentemente.
—Está bien ver una cara conocida, siempre es difícil adaptarse a los nuevos compañeros— respondo
—Sí, claro, además siempre podemos salir a tomar unas copas, ¿no crees? — pregunta coqueta Zeta.
—Claro— respondo con cortesía.
Lena me hace un tour por toda la base y me enseña el lugar en donde yo dormiré, una pequeña habitación con dos camas y dos simples armarios.
—No hay lujos como puedes ver...— dice Lena
—He estado en lugares peores...
—Lo sé, siento admiración por ti y por todo tu trabajo, se lo que has hecho en los últimos años y eso es increíble...
—Gracias— digo cortante.
Lena asiente y me deja a solas, cosa que agradezco. Saco mi ropa de la maleta y comienzo a guardarla en el armario.
Cuando termino de colocar todo voy a uno de los bolsillos secretos de la maleta y saco la foto que ocultaba en su interior.
Mia, con la melena al viento observando al mar, con un simple vestido blanco, detrás de la foto unas palabras escritas por su puño y letra.
Y cada vez que miro al mar no puedo evitar pensar que es como nuestro amor, inmenso. Te ama, Mia.
Aprieto la foto contra mi pecho y respiro con dificultad. ¿Cómo pude cagarla tanto?
YAAAAAAAAS, AQUÍ ESTÁ, NO ES UNA ALUCINACIÓN, SORPRESAAAA. Quería terminar la maratón con lo más grande, así que aquí tenéis, un capítulo más pero ahora desde la perspectiva de Paul.
Se viene lo bueno mi gente, así que aprieten los cinturones, nos volveremos a ver, espero y prontito.
Un beso enorme.
PD: ¿Vosotrxs que sois, #teampaul o #teamblake? Dejadme vuestros comentarios, os leoo.
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Sin fecha de caducidad
RomanceLa vida de Mia nunca ha sido del todo fácil, a pesar de las comodidades de su familia. Pero que su vida no fuese fácil y acabase en un campamento militar acabó siendo una oportunidad única para conocer a sus nuevos amigos, aquellos que estarían a su...