Maratón 3/4
Capítulo 9
Salgo de la cabina y me dirijo al bar, miro de reojo al lugar en el que apenas hace unos minutos se encontraban Blake y Lexie, y descubro que ya no están allí.
Varios militares apoyados en diferentes coches me saludan con un movimiento de cabeza y yo les respondo con cara de pocos amigos, porque realmente ahora no tengo ganas de nada, es más, lo que me apetece en estos momentos es refugiarme en aquel lago, con alguna buena compañía, como por ejemplo Blake, claro que este parecía demasiado ocupado abrazando a la doctora sexy.
Entro en el interior del bar, y una música marchosa inunda mis oídos y me animo a sonreír. ¿Cuánto hace que no salgo por ahí a bailar? Joder hace mucho.
Me acerco hasta la mesa de mis compañeros y compañeras, y allí sentado, al lado de Lexie está Blake, el cual no me quita los ojos de encima, parece querer estudiarme pero trato de ocultar mi molestia bajo una máscara, que no sé si me estará funcionando mucho.
—Por fin te veo, pensabas que te habías ido de vuelta al campamento— dice Isabella— no te pedí nada porque no sabía que querías, te iba a pedir algo fuerte, pero quizás me arriesgaba mucho.
—Tranquila ya me encargo yo, ¿alguien más quiere algo?
Todo el mundo niega con la cabeza, menos Blake que se levanta de su asiento.
—Yo sí, pero te acompaño
—No hace falta— respondo un poco cortante.
Sus ojos se abren con sorpresa.
—Ya, pero quiero— dice acercándose a mí.
Camino hasta la barra y este me sigue de cerca. Saludo a la camarera y le pido la copa más fuerte que tenga y Blake en cambio pide una copa de whiskey.
—¿Qué te pasa? — pregunta este mientras esperamos las consumiciones.
—Que odio que me mientan— digo molesta.
—¿Quién te ha mentido? — pregunta este.
—Pues tú— lo miro a los ojos y en cierto modo me siento mal.
Me siento mal porque no entiendo porque me molesta el abrazo que vi hace apenas un rato, porque no entiendo estos sentimientos confusos, debería de no importarme.
Y no te importa Mia, quizás es porque sientes que te ha mentido, sí, eso es, te ha mentido porque decía que no había nada entre el y Lexie y ahora resulta que se dan abrazos demasiado íntimos, se sientan juntos y comparten coche.
—No te entiendo Mia...— dice este confuso.
—Me dijiste que ya no había nada entre ella y tú, pero antes, en el aparcamiento cualquiera diría que no...
Blake me mira serio, sin apartar la mirada de mi rostro, y tras unos segundos de silencio que a mi se me hacen eternos decide hablar.
—¿Estás celosa?
—No, claro que no— respondo molesta— tú y yo no somos nada, ¿recuerdas?, sexo ocasional y ya esta.
—Ya— dice este molesto después de chasquear su lengua contra el paladar.
—Mira, creo que es tontería que sigamos perdiendo el tiempo con el sexo y cosas así, creo que podríamos charlar de vez en cuando pero nada más, es evidente que hay aún cenizas de algo entre vosotros dos y Lexie parece una mujer maravillosa, no quiero meterme en medio.
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Sin fecha de caducidad
RomanceLa vida de Mia nunca ha sido del todo fácil, a pesar de las comodidades de su familia. Pero que su vida no fuese fácil y acabase en un campamento militar acabó siendo una oportunidad única para conocer a sus nuevos amigos, aquellos que estarían a su...