Loser & Lover °Michaeng° (G!P) ☢

| 17.2 |

Debido a la falta en clase, la profesora Im le pidió a Mina que se quedara después de clases para que se pusiera al corriente y así no atrasarse. Una vez que las clases terminaron la escuela estaba casi vacía, los pasillos estaban solos y solo se podía encontrar uno que otro maestro.

La japonesa caminaba con un libro pesado de algebra sobre sus manos, estaba preocupada por Chaeyoung y al mismo tiempo se sentía desanimada por no ver a Lisa; se dirigía hacia su casillero para buscar las flores cuando escucho unos fuertes golpes que venían de un salón. Por curiosidad se asomó por la ventanilla de la puerta y pudo ver como una chica estaba siendo sujetada con violencia por un sujeto alto.

Ni siquiera Mina supo cómo, pero cuando se dio cuenta ya estaba dentro de aquel salón y con el libro que tenía en la mano golpeo la cabeza del tipo haciendo que este soltara a la chica.

-¿QUIÉN CARAJOS TE CREES?- grito el hombre mientras tallaba su cabeza y miraba con rabia ambas chicas

-¿QUIÉN TE CREES TÚ IMBECIL- respondió Mina de la misma manera. -LA ESTABAS LASTIMANDO-

-NOS ESTABAMOS DIVIRTIENDO- dijo sínicamente –O qué, ¿las zorras no se divierten?- Sonrió con malicia mirando de arriba abajo a la chica peliazul, antes de acercarse a ella Mina se interpuso.

-Alejate de ella- el sujeto retrocedió y camino hacia la puerta.

-Sabes que esta no será la única vez que nos veamos ¿cierto?- dijo antes de irse y cerrar la puerta de golpe. Aquella chica cayó al piso, comenzó a llorar amargamente y se abrazaba a sí misma, era como si se estuviese pidiendo perdón. Mina se sentó a un lado de ella, cuando iba a hablar...

-Gracias- dijo entre lágrimas la peliazul, -En verdad, te lo agradezco mucho-

-No es nada- respondió Mina, había un silencio incómodo y abrumador.

-Soy Momo- decía sonriendo forzadamente

-Un gusto Momo, yo soy Mina-

-Un gusto Mina- ambas compartieron una leve risa

-¿Te puedo acompañar a alguna parte?- hablo la pelinegra

-Quiero estar aquí, ¿puedes quedarte solo un momento?- pregunto Momo limpiando sus mejillas

-Claro que sí- Mina no dijo nada y solo se limitó a escuchar llorar a la otra chica, miró sus brazos, aquel chico la había sujetado con tanta fuerza que dejo sus manos marcadas. Estaba enojada, sentía la necesidad de golpear nuevamente a aquel idiota.

Pasaron unos cuantos minutos en lo que Momo solo lloraba y decía en voz baja la palabra "perdóname" una y otra vez; hasta que vieron como la puerta se abría lentamente, ambas miraron pensando que aquel sujeto había regresado.

-Jovencitas ¿Qué es lo están haciendo aquí?- preguntaba una de las maestras cruzándose de brazos. Mina se levantó rápido del piso para explicar lo que había pasado.

-Estamos aquí por....

-Porque estábamos haciendo una entrevista para el periódico escolar- respondía Momo interrumpiendo a Mina, la pelinegra la miro rápidamente pero la peliazul la ignoraba. –Necesitábamos un salón en silencio-

-Entiendo- dijo la profesora. –Pero ya se cerraran los salones-

-Justo acabamos de terminar profesora Yoo- sonrió falsamente

-Perfecto, entonces vamos- la profesora camino a la puerta y espero a que las chicas tomaran sus mochilas y salieran del salón. Caminaron un poco hasta que la profesora se fuera por otro pasillo.

-¿Por qué no le dijiste lo que paso?- pregunto Mina deteniéndose a medio pasillo.

-Porque no es importante- respondió la otra japonesa dándole la espalda a Mina.

-Si es importante- la pelinegra tomo del hombro a su compañera para que la mirara. -Pudo lastimarte más o peor, y lo sabes- dijo

-No te metas en lo que no sabes Mina- respondió Momo antes de caminar y dejar sola a Mina. La japonesa suspiro y observo como aquella chica se alejaba cada vez más. Camino hasta su casillero y tomo las flores para irse a su casa. Iba cabiz baja caminado por acera hasta que choco con alguien.

-Te encontré- dijo aquella voz peculiar que Mina reconoció.

-Lisa- allí estaba la castaña, sonriéndole. --No te vi en todo el día-

-Olvide decirte que iría a una competencia- respondía apenada la tailandesa. –Estoy en un grupo de baile e iríamos a otro estado a competir-

-Entiendo- respondió la japonesa tratando de sonar relajada. -¿Y qué haces aquí?

-Vine por un justificante- dijo enseñando la pequeña hoja en sus manos. –Sin él no me revisaran las tareas, y no me mate haciéndolas para que no me las califiquen- decía sonriendo. –Además quería verte- Mina se sonrojo un poco

-Sabes, me hubiese encantado ir a la competencia para estar contigo- aquel comentario hizo sonrojar a Lisa y soltar una leve risa

-¿En serio irías?-

-Por supuesto que si- respondió Mina sonriendo.

-¿Y esas flores?- preguntaba Lisa un poco seria -¿Quién te las dio?- Mina noto algo de molestia en ella, ¿acaso Lisa estaba celosa de que alguien le diera flores a ella?

-De hecho las compre para ti- dijo extendiéndole el ramo de flores. Lisa se sorprendió y tomo las flores para luego abrazar a Mina teniendo cuidado de no aplastar las flores.

-Te extrañe mucho-

°Y yo a ti-

(...)

La japonesa había llegado a casa con una felicidad que se podía ver en su rostro, después de aquel abrazo ella y Lisa caminaron hasta un pequeño parque en donde pudieron conversar en paz, Lisa le contaba a detalle todo lo que había pasado en la competencia, mientras Mina solo se dedicaba a escucharla. Cuando se despidieron paso algo que quizás ambas estaban esperando, un corto y dulce beso fue sufiente para alegrar sus corazones.

Mina subió hasta a su habitación y se acostó en su cama para revisar las fotos que se había tomado con Lisa en el parque; estaba feliz, muy feliz, pero algo no la dejaba estar en paz. ¿Qué había pasado con Momo? ¿Por qué le mintió a la profesora sobre lo sucedido? ¿Qué era lo que a aquella chica le pasaba? 

(En otra parte de la ciudad)

-TÚ TIENES LA CULPA POR USAR ROPA TAN CORTA, LOS HOMBRES NO TE ACOSARÍAN SI USARAS LA ROPA ADECUADA MOMO- decía alterada una chica pelinaranja

-Pero si solo estoy usando mi uniforme de voleibol- respondía la peliazul llorando. –Tú eres mi amiga, deberías entenderme y ayudarme-

-YA NO SE SI QUIERO SEGUIR SIENDO TU AMIGA, TODOS PENSARAN QUE SOY COMO TÚ- salió azotando la puerta.