Loser & Lover °Michaeng° (G!P) ☢

| 25.1 |

Antes de que terminara la hora del almuerzo Mina se fue de la mesa. Tal vez su mente estaba sobrepensando las cosas, o quizás solo necesitaba tiempo para ordenar sus ideas.

Aun no eran novias, pero tampoco eran amigas con derechos. Entonces, como se suponía que debía actuar? Estaba haciendo mal alejándose de ella?

(...)
El tiempo pasó muy rápido, Chaeyoung nunca antes había querido tanto que las clases terminaran. Cuando el timbre sonó tomo su mochila y salió rápido del salón; la buscaba entre la multitud, pensó en enviarle un mensaje hasta que la vio.

Corrió hacia ella y se abrazó a su espalda, sentía la necesidad de no soltarla, ya no podía estar lejos de ella.

—Me encontraste— Mina giró para verle, pero en su rostro podía notarse algo de tristeza, Momo y Elliot estaban cerca de ellas, solo que ellos sonaban muy molestos.

Al parecer, alguien dejó pintura en los casilleros de los tres, manchando sus libros y algunas libretas, incluso robando sus pertenencias. Pero al ir a la dirección uno de los maestros los corrió diciéndoles que no tenían tiempo para sus estúpidos juegos de niños.

—Necesitamos hablar...— Chaeyoung se asustó al escuchar el tono con el que Mina habló.

—Que pas...—

—Pero será después, no me siento con ánimos— se acercó para darle un beso en la frente y se fue, dejándola confundida y con un pánico que le provocaba frio.

Cuando Mina llego a su casa notó que estaba sola, sus padres aún no regresaban con Kai y no sabía dónde se había metido Olivia. Subió directo a su habitación y al entrar notó una caja pequeña sobre su cama.

Busco unas tijeras y cortó la cinta de embalaje, tal vez era un regalo de sus padres. Pero cuando abrió la caja su sonrisa se fue apagando. Dentro de ella se encontraba una postal de las montañas de Kobe, un collar, algunas polaroids y una carta.

Con solo ver esas cosas ya sabía de quien se trataba.

(Mientras tanto)
—Haber haber haber, repíteme otra vez lo que dijo- Jungkook caminaba por su habitación con las manos en la cintura.

—Solo dijo "necesitamos hablar"- Chae suspiro desde la cama. —Que hice mal? Acaso fui muy distante con ella?— tapo su cara con una almohada en señal de cansancio.

—Pues... digamos que no eres la más amorosa de todas—

—Se supone que debes darme ánimos— respondió aún con la almohada en su cara,

—Relájate, todo va a estar bien, y si no pues, tendrás que secuestrarla para que sea solo tuya— Chae miro a su hermano, el solo sonría y levantaba los pulgares en señal de ánimos.

—En serio quiero que funcione lo que tenemos, pero, siento que aún hay algo que se interpone, más bien es alguien...—

(Lejos de ahí)
Ese mismo día por la tarde una joven pelinaranja tocaba a la puerta de la familia Hirai.

—Sana?- Mako atendía la puerta, cedió el paso para que pasara, mirándola de pies a cabeza como si de un fantasma se tratase.

— ¿Acaso esperabas a alguien más?— saludo de beso a la hija mayor de los Hirai y después de una muy breve conversación subió hasta la habitación de su amiga; antes de entrar se detuvo a mirar las fotos familiares que solían estar en un estante que quedaba a la mitad del pasillo.

—Recuerdo este día...— Pensó al tomar el recuadro en donde se podía ver a Momo y a ella jugando en la Nieve en lo que parecía ser Central Park.

Escucho música venir de la habitación y dejo el recuadro en su lugar; al entrar noto que estaba aparentemente sola mientras el reproductor de música permanecía encendido, repitiendo una y otra vez Lana del Rey.

Se sentó al borde la cama a esperar por su amiga cuando la puerta del baño se abrió, Momo salía con una toalla que solo cubría la mitad de su cuerpo y con otra sujetando su cabello.

—Que sexy...— Pensó al ver su piel blanca y mojada, espera... ¿acaba de desear el cuerpo de una mujer?

—SANA?—la repentina aparición de ella la había sorprendido mucho, tomo su ropa y volvió a entrar al baño. Una vez que estaba vestida salió, encontró a su amiga ahora recostada sobre la cama.

—Que haces aquí?—Dejo las toallas en un perchero.

—Que no puedo pasar el rato con mi mejor amiga?— se sentó en la cama, parecía tener una actitud "diferente"

—Lo somos?—

-Obviamente...- una risa extraña salió de Momo, era como escuchar a una persona triste pero a la vez nerviosa.

—Después de todo te consideras "mi mejor amiga"... Sana, esta amistad termino desde hace tiempo— fue como si el tiempo se hubiese detenido.

—¿DE QUE HABLAS? DESDE CUANDO— Sana no creía lo que escuchaba, se levantó alterada de la cama y se acercó a Momo. Una sensación diferente comenzaba a crecer dentro de ella.

—Desde que me di cuenta que fuiste tú la causante de mis traumas, fuiste tú quien me dejo sola en esa fiesta, siempre...siempre me habías dicho que yo era la causante del acoso de los hombres, que era mi responsabilidad por usar la ropa "indebida", incluso has defendido a Lucas sabiendo lo que me hizo...-

—Déjate de tonterías, es por Mina cierto? Ella es la que te ha llenado la cabeza con esas ideas— quería sonar agresiva para que no notara el daño que le había hecho escuchar todo eso.

—Ella me ha ayudado, no me ha dejado sola ni un momento a comparación de ti— dio unos pasos hacia atrás para estar lejos de ella.

—Por favor, la conoces desde hace poco, ni siquiera sabes cómo es realmente, en cambio tú y yo somos amigas desde niñas— los nervios de Sana comenzaban a fallar, pestañeaba rápidamente por el cosquilleo de las lágrimas.

—Ya no más, así que por favor, vete de mi casa— Momo fue hacia la puerta de su habitación y la abrió. Claro que le dolía, pero lo mejor era sacarla de su vida.

—Es en serio? Me estas corriendo de tu casa?— el silencio de su amiga fue la respuesta a su pregunta. Camino lento a la puerta y antes de salir se despidió de Momo con un beso en la mejilla.

Se fue de esa casa con el corazón roto.
Sana fingía ser una mujer fuerte, sin rastros de debilidad, pero en el fondo era un ser tan sensible y frágil.

Las lágrimas en sus ojos eran más por ira que por tristeza, y si bien no le quería dar mucha importancia a lo ocurrido, un recuerdo llegaba casi golpeándola como un martillo, un recuerdo de ellas cuando eran niñas, riendo y divirtiéndose mientras eran perseguidas por un cachorro.

—"Seremos mejores amigas por siempre Momoring..."— fue inevitable para ella no derrumbarse; una larga amistad terminaba, una amistad llena de risa, amor, lágrimas y sufrimiento. Pero esto no sería una lección para por su mala actitud, sino el comienzo de una tragedia...

(Al día siguiente)
—Necesitaba urgentemente esto—Antes de las clases Mina llamo a sus amigos para pasar por un café. No había podido dormir en toda la noche, aquella caja le quito terriblemente el sueño. Incluso tomo pastillas para dormir, pero fue un intento en vano.

—Me sostienes mi café?— Elliot se agacho para amarrar sus agujetas, pero antes de ponerse de pie vio algo entre los arbustos. Era una bola de papel...

(...)
—Han visto a Mina?— Chae caminaba junto a sus amigas, ya habían pasado 3 clases y no tenía señales de ella, incluso paso por los salones donde tomaba clases pero nunca la vio.

Reviso su celular para ver los mensajes que le había enviado pero ni siquiera los había visto. Tenía que preocuparse?

El timbre sonó, las 3 tenían la clase junta así que no había necesidad de irse separadas; las tonterías de Tzuyu la distraían, le hacía bien para no pensar de más.

Pero al girar el pasillo su mundo se quedó en blanco. Mina y Lisa caminaban juntas, compartiendo una que otra sonrisa...

—Hasta que te dejas ver— Tzuyu las detuvo para hablarles. Chaeyoung ni siquiera quiso mirarlas, les dio la espalda y saco su celular para disimular lo que sentía en ese momento.

Se le estaba haciendo eterno ese pequeño instante hasta que escucho algo dicho por Lisa "Tenemos que hacer algo juntas"

—MINA ESPERA—su voz salió más fuerte de lo pensado. Todas la miraron extraño, que iba a decir? Hablo sin ni siquiera pensar.

—Yo... recuerda que tenemos un proyecto juntas, debemos terminarlo—su torpeza la hizo sonreír, y que hermosa sonrisa tenía...

—Qué te parece si nos vemos en el almuerzo para hablar de eso— Mina sonaba tranquila, y en parte eso había calmado a Chae, no sabía que pasaba, pero nada le importaba cuando la veía tan serena y en paz.

Tenía muchas preguntas, ¿A dónde iban? ¿Qué harían? ¿Por qué Lisa parecía emocionada? Pero quizás, todo tenía una explicación.