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05 | Another day in paradise
Lunes 12 de Diciembre de 2022 Zermatt, Suiza
Todo el fin de semana de Julie había sido trabajo tras trabajo, con las carpetas que se le fueron acumulando y las memorias pidiendo a gritos un descanso; le habían tocado actividades tranquilas para su suerte, yendo y viniendo del centro de esquí para luego editar todo mientras cenaba en su habitación de hotel o propio en el restaurante. Durante esos últimos días no había podido dejar de pensar en Max, moría de ansias por esquiar con él aunque también de nervios; no lo había vuelto a ver desde el día de las motos, pero suponía que estaría haciendo otras actividades por su cuenta, al fin y al cabo eran sus vacaciones.
-Buenos días, Max.- sonrió la muchacha mientras llegaba a su lado, ya que la estaba esperando en el restaurante del hotel como le había dicho por mensaje pero con un gran desayuno listo para ambos, llamando bastante su atención.
-Buen día, Julie.- le dedicó una sonrisa algo tímido, mientras se ponía de pie para saludarla con un pequeño choque de mejillas. -¿Lista para esquiar?- dijo entusiasta mientras se sentaban los dos en sincronía en la mesa de madera en una esquina del lugar con estupendas vistas hacia el exterior nevado pero soleado.
-Sí, pero primero necesito un buen café en mi sistema.- comentó alegremente y con una tímida sonrisa, mientras tomaba la taza humeante que tenía enfrente suyo, provocando un asentir con la cabeza por parte del hombre en respuesta que disimulaba sus nervios mejor que ella.
-Hoy vamos a tener un día muy divertido y algo agotador...- añadió ansioso, comenzando a comer una de las medialunas recién hechas, notando cómo ella sonreía con la taza cubriendo parte de su rostro hasta que finalmente terminó de darle un sorbito. -¿Sabes esquiar o...?- cuestionó curioso, recibiendo una negada con la cabeza por parte de la chica que se limpiaba los labios delicadamente con una servilleta.
-Tendrás que enseñarme y espero que seas paciente...- habló con gracia y un tanto cohibida una vez que pudo liberar su boca, viendo cómo él sonreía ampliamente y unas pequeñas manchas rosadas se instalaban en sus mejillas.
-Yo tampoco es que sea un profesional en esto del esquí.- rodeó los ojos gracioso y con cierto tono burlón sólo para molestarla, oyendo su tonta risa para luego continuar desayunando entre un poco de charla y más miradas tímidas como también nerviosas.
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Luego de dejar los platos y tazones vacíos en la mesa, tomaron sus cosas y salieron juntos del hotel rumbo a la estación de aerosillas de Zermatt, recorriendo la hermosa ciudad nevada entre un poco de charla donde se contaron qué habían hecho el fin de semana y un poco de lo que iban a hacer aquel día, muy entusiasmados los dos. Luego de unos minutos, subieron juntos a la aerosilla y ambos empezaron a sacar fotos de las vistas tan preciosas que el día completamente soleado les regalaba esa mañana, hasta que finalmente llegaron a la cabaña de excursiones que, como siempre, rebalsaba de turistas.
