83 | Loving arms

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83 | Loving arms

Sábado 28 de Octubre de 2023
Cabo San Lucas, Baja California Sur, México

-¿Todo bien, Max?- preguntó Lando, aún un tanto consternado al no poder dejar de pensar en lo sucedido esa mañana en la habitación, viendo cómo el holandés se acomodaba levemente el peinado frente al espejo del baño.

-Sí...- respondió sin dirigirle la mirada, concentrado en la forma en la que su cabello parecía querer estar esa noche, quizá frustrándose un poco para enseguida notar el suspiro de desgano en el inglés, sabiendo que su pregunta se debía a otra cuestión, tratando de evitar esa conversación pues no quería pensar en ello y sólo quería distraerse en la fiesta.

-Es que has estado... callado y serio durante todo el día...- comentó, apoyándose contra el marco de la puerta mientras Carlos seguía eligiendo cuál camisa colocarse para que combinara con sus pantalones; atento igualmente a la charla que estaban teniendo estos dos en el baño sin saber si debía aportar alguna palabra. -No lo sé... tal vez... querías hablar...- se encogió de hombros con timidez, recibiendo por fin la atención del holandés quién hizo una mueca en negación, sin sorprenderse en realidad.

-Sólo quiero irme a la discoteca, beber unos gin tonic y perder la consciencia.- respondió con un tono burlesco aunque claramente ansioso mientras salía del pequeño cuarto de baño, obligando al castaño de rizos a hacerse a un lado y quién sólo suspiró en respuesta. -¿Y ustedes? ¿Planean hacer algún avance...?- cuestionó de pronto, desviando la atención hacia ellos con un claro sentido sensual, tomándolos por sorpresa por la forma en la que repentinamente se pusieron nerviosos y colorados.

-¿De qué hablas?- frunció el ceño el madrileño en un intento por aparentar ignorancia, con sus manos abrochando el último botón de su camisa negra, aunque su expresión tonta lo delataba a lo igual que al inglés. -Claro... desvía el sentido de la conversación, Max...- rodeó sus ojos éste último, obteniendo por fin una risita pícara de parte del rubio del grupo.

-Vamos... Camila y Meghan...- acotó obvio, mirándoles mutuamente mientras elevaba sus cejas, sin poder evitar reír al ver sus expresiones de incredulidad y acorralamiento. -He visto cómo las miran, por favor...- habló egocéntrico, notando que Lando se hacía el desentendido a su vez que Carlos fingía prestarle atención a su cabello. -Bueno...- revoleó sus ojos con malestar por la falta de respuestas. -¿Nos vamos de una vez?- insistió impaciente, mirando su reloj en su muñeca, logrando que sus compañeros por fin se movieran, sabiendo que escondían mucho nerviosismo.

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Las luces coloridas y el retumbar de la música recibió a todo el grupo esa noche donde acababa de caer el sol, estando todos muy ansiosos por perderse en la fiesta que aquella discoteca playera emanaba, donde un tumulto de gente ya se encontraba adentro y aún quedaban muchos por ingresar. Se sentía la festividad en el ambiente, donde las rondas de tragos no tardaron en llegar para todos allí y quiénes progresivamente empezaron a dispersarse por el lugar, así mismo Max y Julie que sólo se hablaban a la distancia con las miradas teñidas por las luces de neón parpadeantes; ambos devorándose con sus pupilas en aquella situación tan secreta y cargada de adrenalina que sólo ellos sabían.

POLAROID | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora