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27 | I don't want this night to end
Viernes 2 de Junio de 2023 Montecarlo, Mónaco
Se encontraba dando vueltas por su habitación de hotel llena de nervios y emoción en la búsqueda del atuendo perfecto para la ocasión, ya que Max la había invitado a cenar aquella noche a un lugar elegante y la hora seguía corriendo. Luego de revolver sus maletas y tener una crisis existencial, optó por un precioso vestido negro sin tirantes que dejaba al descubierto sus hombros y clavículas, ajustado por la cintura y suelto después de sus caderas, combinado con unos tacones abiertos del mismo color. Se planchó el cabello y lo dejó suelto peinado hacia un lado, para luego maquillarse apenas los ojos con un rímel y algo de sombra; nunca antes se preparaba tanto para salir a cenar pero quería impresionar al hombre con quién iba a salir esa noche, llena de ansias y por supuesto que de timidez. Se miró una última vez en el espejo y soltó un largo suspiro, quizá de coraje o de nervios, para finalmente tomar su pequeño bolso de mano y bajar hacia el lobby del hotel, donde sabía que estaría esperándola del otro lado de las puertas.
-Buenas noches.- sonrió Max que se encontraba dentro del vehículo, viendo cómo ella abría la puerta e ingresaba con cierta sensualidad y cuidado al mismo tiempo, sin poder disimular observarla con detenimiento.
-Buenas noches...- respondió amablemente Julie, ruborizándose por la mirada que pudo sentir para finalmente hacer contacto visual y saludarle con un tímido choque de mejillas. -¿Cómo estás?- preguntó coqueta, mientras terminaba de colocarse el cinturón, oyendo cómo él arrancaba y hacía rugir el motor a su espalda.
-Muy bien, ¿Y tú?- contestó con una preciosa pero a la vez tímida sonrisa por la forma en la que sus ojos se achicaban entre sus arrugas, inundado en su delicioso y dulce perfume, deseando que no se le notara lo nervioso que estaba en su interior.
-Ansiosa...- confesó con una risita graciosa que también lo contagió, mientras él comenzaba a maniobrar el volante para poder emprender camino hacia su destino que no era muy lejos de allí. -Espero estar bien vestida para el lugar que vamos.- dijo por lo bajo con algo de inseguridad, mientras planchaba el vestido sobre sus muslos ya que se había arrugado un poco.
-Estás hermosa...- comentó con sus ojos clavados en los suyos, seguido de una sonrisa que alteraron los latidos del corazón de la muchacha que trataba de no demostrar nerviosismo, pero su sonrisa y su mirada yéndose hacia abajo la delataban.
La ciudad se veía preciosa de noche con todas sus luces, edificios en las colinas y el inmenso tráfico que colmaba las calles, donde también acompañaba una noche cálida y estrellada. La radio estaba puesta en una estación local con música de fondo mientras ambos charlaban y reían invadidos en timidez, luchando con el atascamiento típico de la ciudad de Montecarlo a esas horas. Luego de unos pocos minutos, llegaron finalmente al muelle que ya había vuelto a la normalidad luego del fin de semana de carrera, donde se encontraba un importante polo gastronómico que rebalsaba de gente.
