92 | A time for letting go

359 44 0
                                    

•••

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

•••

92 | A time for letting go

Domingo 26 de Noviembre de 2023
Losail, Doha, Qatar

El silencio abrumador de la habitación hacía zumbar sus oídos, sintiendo sus latidos del corazón como tambores estruendosos, incapaz de conciliar el sueño ante el tormento de pensamientos que era su mente. Los golpes en su cuerpo comenzaban a doler cada vez más con el correr de las horas, arrebatándole unos leves quejidos y suspiros de malestar mientras se removía en la cama, sin animarse a arropar a la muchacha por temor a despertarla, pues parecía dormida.

Las imágenes y recuerdos auditivos de aquella pelea seguían rebotando de un lado a otro por su cabeza, luchando consigo mismo por acallar todo eso ya que lo llenaba de furia y frustración, aún atónito por lo sucedido, cuando a los largos minutos de un silencio cada vez más pesado, la pelinegra comenzó a removerse con una lentitud cuidadosa en búsqueda de su calor tan ausente; algo que aceleró la respiración del holandés. -Jul...- susurró, apenas con un hilo de voz, oyendo un tímido murmuro somnoliento de su parte. -¿Estás despierta?- pronunció nervioso, sintiendo sus manos hirviendo posarse con suavidad sobre su piel.

-Sí... tampoco puedo dormir...- respondió por lo bajo, percibiendo cómo él buscaba y entrelazaba sus dedos con lo suyos en un gesto cariñoso aunque tal vez suplicante por consuelo. -¿Te sientes bien? ¿Quieres un analgésico?- prosiguió preocupada, removiéndose otro poco sobre el colchón con intenciones de poder estirarse y encender la luz; acción que el hombre le negó al atraerla aún más hacia su cercanía.

-Sólo quiero hablar contigo...- suplicó en un susurro, causando que la muchacha suspirara en comprensión mientras su corazón empezaba a latir con fuerza, cayendo en unos intensos segundos de silencio que ella supo respetar y entender. -No lo volveré a ver...- pronunció por lo bajo, como si hiciese falta aclarar lo obvio pero quería decírselo; más bien lo necesitaba. -Se acabó todo... no quiero tenerlo más en mi vida, no permitiré que se acerque a mí ni mucho menos a tí...- continuó explicándose, percibiendo el nudo en su garganta cada vez más apretado y sus lagrimales al límite de desbordarse.

-Tranquilo... tranquilo...- susurró al sentir la emoción contenida por el temblor en su hablar, sin poder evitar también quebrarse en su interior al sentirle tan abatido y corrompido; odiando toda esa situación tan lúgubre y deprimente.

-Apenas pueda, pediré una orden de restricción y lo quitaré de cualquier cargo que tenga dentro de mis asuntos legales... desaparecerá de mi vida de una puta vez... algo que tendría que haber hecho desde hace tiempo...- confesó, para enseguida tragar saliva por aquello que finalmente había podido decir luego de tantos años de sufrimiento, oyendo cómo la mujer exhaló por sus fosas nasales con cierto alivio y una leve sonrisa amarga se formó sin poder verla, la cuál contenía apenas unos vestigios de alegría.

POLAROID | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora