~Caricia XI~

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Ya en la actualidad.

Izuku recordó aquella hermosa propuesta por parte del rubio de ojos ámbares, sonrió de manera leve mientras se aferraba a la ropa del rubio y comenzaba a sollozar de manera desconsolada, ya que tenía miedo de que el rubio le llegara a odiar por eso y comenzaba a llorar más, sus ojos esmeraldas se tornaban rojizos por llorar demasiado. 

- I-izu cálmate por favor.- Le abrazo con más fuerza el rubio y le daba pequeños besos en la cabeza tratando de calmar al peliverde, le dolía mucho verlo así.- No tengas pensamientos negativos, es mejor dejar nuestra relación fingida hasta aquí, fue demasiado hermosa y me hacía muy feliz pero creo que es lo mejor para ambos.- Dijo el rubio con un poco de tristeza, no quería dejar a su pecosito pero estaba muy seguro de que sería más feliz con las personas que le compraron en aquella subasta por parte de la hija de puta de su jefa. 

- P-pero Denki me odiaras por eso, por dejarte solo y no me gusta eso.- Lloraba el pecoso mientras se hundía en sus pensamientos más negativos y recordó todo el dinero que tenía guardado para el tratamiento de su madre y miro al rubio sollozando un poco.- D-denki necesito pedirte a-algo.- Le dijo el pecoso mientras se separaba del abrazo y se limpiaba los ojos con sus mangas y caminaba de manera rápida a su pequeña habitación, recogía sus cosas y con ella una caja en su mano Izquierda. 

Denki lo vio llegar con la maleta y la caja en su mano izquierda y además no sabía que contenía, tenía mucha curiosidad por saber el contenido de la caja.- ¿Qué quieres que haga, Izuku?- Le pregunto el rubio de manera suave y se detuvo al ver que la caja se extendía hacia sus manos y volvió a mirar de nuevo al peliverde quien asintió. 

- Este es todo el dinero que tengo ahorrado para los medicamentos de mama, necesito que lo lleves y se lo entregues en recepción en el hospital, así podrán seguir y no echaran a mama de allí ni le quitaran la habitación, además te atenderá una enfermera que me conoce.- Le explico el peliverde con pequeñas lágrimas deslizándose por sus regordetas mejillas e hipaba, no se lo podía creer aun.- N-no se si llegare a ver a mama en un tiempo, pero si no es así, llévaselo igual, por favor y dile que la amo muchísimo.- Le pidió el peliverde mientras se limpiaba las lágrimas y se acomodaba mejor la ropa y agarraba mejor la maleta apretando un poco la asa por los nervios y caminaba hacia la puerta de manera insegura. 

Denki tenía en sus manos la pequeña caja y al abrirla se sorprendió por la cantidad de dinero y suspiro de manera triste, sabía muy bien por la situación que pasaba el peliverde con su madre, él sabía bien que la madre del peliverde estaba en coma por culpa del accidente que tuvo, así que solo cerro la caja y la posos encima de la mesa mientras abrazaba por la espalda al peliverde de manera firme. 

- Haré lo que me pidas Izu, pero se feliz por favor, es lo único que te pido.- Le pidió el rubio mientras le daba un beso en la mejilla y seguía con su abrazo afianzándolo más.- Y si puedes no dejes la carrera de auxiliar de veterinario que tendrás un gran futuro por delante y así te podre ver.- Le pidió el rubio sin dejar de abrazarlo y escondió la cara en el cuello del menor.- Me dolería muchísimo sino te llegara a ver más.- Dijo el rubio mientras abrazaba más al peliverde.

Izuku al sentir el abrazo del rubio y como escondía su cara en su cuello se dejó hacer y sonrió de manera triste pero sincera.- No la dejare jamás, Den y también iré para verte.- Le dijo al rubio de manera sincera y con algo de melancolía en la voz.- Además sabes a la perfección que adoro a los animales.- Se volteo el peliverde para verlo a los ojos y le dio un tierno beso en los labios.- Recuerda que siempre nos daremos picos aunque tengamos pareja.- Le dijo el peliverde con un pequeño toque de gracia en su voz y le dio otro. 

Denki correspondió ambos besos y asintió de manera lenta.- Sera muy duro no tenerte en el departamento, escuchar como tú murmuras a la hora de cocinar, escucharte como cantas a la hora de recoger o ducharte y como extrañare las veces que nos tocábamos a la hora de estar calientes.- Le dijo el rubio viendo como el peliverde se sonrojaba y asentía de manera rápida.

...

La puerta fue tocada de manera fuerte y ambos dieron un pequeño respingo en su lugar, dirigieron la mirada hacia la puerta y el peliverde la abrió.

- ¡Bastardo de mierda nos vamos ya!- Habló una voz grave y sería, ambos se asomaron a la puerta dejando a la vista a un hombre de tez morena, cabello cenizo, ojos carmín oscuro y alguno tatuajes que se veían, Denki se asombró por eso y vio a Izuku y trago saliva.

- Ya voy, Bakugo-san.- Dijo el pecoso mientras se separaba de Denki y lo miraba.- Cúmpleme ese pequeño favor, por favor.- Le pidió con ojos de cachorro y Denki le sonrió.

- Si Izuku no te preocupes, yo hago eso y te aviso.- Le dijo el rubio de manera nerviosa ya que sentía la mirada del hombre en su persona.

Bakugo estallo la lengua irritado y agarro la maleta del peliverde y le tomo del brazo al menor.

-Adiós Denki!- Se despidió Izuku sacudiendo la mano al aire con una tierna sonrisa mientras se dejaba arrastrar por el hombre cenizo.

- ¡Adiós Izuku!- Se despidió de vuelta el rubio viendo como el peliverde era arrastrado y metido al auto a la fuerza, se adentró al interior de su casa y empezó a rezar por la vida de su amigo y su trasero también.

Caress SellerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora