~Caricia XVIII~

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En el mismo lugar donde se encontraba un rubio de cabellos cenizos, miro hacia el lado de su cama el cual estaba vacío por la partida de su ahora acompañante peliverde, por una parte estaba feliz pero una parte suya le susurraba que lo protegiera de todos. 

Soltó un suspiro algo cansado y se levantó de la cama, caminando hacia su baño para tomar una deliciosa y necesaria ducha ya que tenía que quitar todo ese sudor de su cuerpo, se adentró al baño cerrando la puerta y dejando que el agua de la tina se calentara. 

Mientras esperaba que el agua calentara aprovecho para organizar un poco su habitación y se dio cuenta que las prendas del menor estaban esparcidas por todas partes, sonrió ante eso y las recogió cada una llevándolas al cesto de la ropa sucia. 

Al ver que el agua de la tina ya estaba caliente se adentró a ella dejando que el agua se deslizara por su cuerpo desnudo, fornido y bien ejercitado pero con alguna que otra cicatriz provocadas por las incontables peleas que tenía con sus enemigo. 

Soltó un suspiro cansado mientras se tallaba el cabello con su jabón con olor a menta pero con toques de avellana, sentía como su cuerpo se iba relajando por el calor del agua y eso lograba alegrarles los malditos días. 

Al terminar de darse esa deliciosa ducha, salió con una toalla amarrada a su cintura y otra en el cabello mientras se lo secaba de manera brusca, busco algo de ropa en su armario y vio un traje blanco y se lo coloco dejando de lado las toallas, busco unos calzoncillos y los tomo de manera lenta, dejo la ropa encima de la cama y se la empezó a poner prenda por prenda. 

Al estar listo salió del cuarto, bajo las escales encontrando a toda la servidumbre que trabajaba para él cada uno haciendo su tarea correspondiente, a lo lejos vio como Kirishima lo esperaba con algunos papeles, suspiro y se acercó. 

- Buenos días Bro.- Saludo el pelirrojo mientras dejaba de lado su celular y le extendía los papeles al rubio quien gruño molesto y los tomo de mala gana para empezar a leerlos de manera atenta, podía ver a lo lejos como una de sus criadas le preparaba un café bien cargado y se lo dejaba delante de él.- Hoy viene su madre junto a su padre.- Le dijo el pelirrojo de manera abrupta.

- ¿¡ QUE?!- Grito el rubio mirando enojado al pelirrojo y luego recordó al pecoso.- Mierda...-Gruño bajo y firmo todos los papeles. 

Kirishima al ver lo molesto que estaba el rubio suspiro y le toco el hombro.- Tranquilo no dirán nada del pecoso.- Trato de calmarlo pero recibió un gruñido cargado de molestia. 

- ¿A qué hora sale Deku de las clases?- Le pregunto el rubio al pelirrojo quien miro la hora. 

- Pues sale ahora.- Dijo el pelirrojo ignorando el tonto apodo que le puso el mayor a ese niño, luego recordó que vería al rubio de ojos ámbares que le robaron el corazón y los sentidos, suspiro de manera feliz y recordó que no estaba solo, puso su semblante serio.

Katsuki al escuchar ese suspiro nego y busco las llaves del auto.

...

Pasaba su lengua de manera lenta por la base del pene del mayor sintiendo como la presión de su cabeza se hacía cada vez más fuerte, cerro sus ojos y siguió con el procedimiento, sintiendo pequeños temblores que recorrían el cuerpo del mayor. 

- Que bien la chupas~- Gruño el mayor haciendo una embestida entrando de una en la garganta del peliverde, por suerte el peliverde relajo los músculos de su mandíbula y no le logro lastimar pero si provoco que las lágrimas llenaran sus ojos llorosos. 

Izuku pasaba su pequeña lengua por todo el miembro que ocupaba su cavidad bucal, relajaba de vez en cuando su garganta para que el mayor embistiera tanto quisiera. 

Pasaron varios minutos y el mayor se corrió en la boca del menor, Izuku al sentir el espesor en su boca tosió y escupió el semen en sus manos y se lo limpio con su pañuelo, pequeñas lagrimas se deslizaban por sus mejillas por la rabia. 

- Espero que aprendas la lección de no faltar a mis clases sino te ira peor.- Dijo el mayor mientras le daba un leve empujón haciendo que el peliverde cayera al suelo, pero la puerta fue abierta de manera estrepitosa.- No hay clase aquí.- Dijo de manera seco pero su mirada se detuvo en un hombre cenizo que se acercó de manera amenazante y al ver como el pecoso tenía la mirada baja y como las gruesas lagrimas se deslizaban por sus mejillas su ira se incrementó más.

- ¿Que mierda de lección le ibas a dar?- Pregunto con algo de ironía en su voz y lo tomo del cuello de la camisa dejando a la vista un poco sus venas marcas por la rabia que recorría todo su sistema en eso instantes. 

El hombre trataba de quitar el agarre de su cuello pero no era capaz, miro al peliverde quien se mantenía en silencio sin mirar la escena.

- Ves, esa pequeña puta no tiene la decencia de vernos.- Le dijo de manera socarrona pero un puñetazo se estrelló contra su estómago sacándole todo el oxígeno y al ver que el peliverde le había golpeado se sorprendió.- Hijo de puta...- Jadeo y fue soltado haciendo que callera de manera seca.

Bakugo al ver como el peliverde se mantenía de pie sin mirarle pero con el puño cerrado y temblando por la rabia, se acercó a él y le dio un beso en los labios, viendo como el peliverde se sorprendía y se comenzaba a sonrojar de manera abismal.

- Cada día me sorprendes más, Deku.- Dijo el mayor mientras lo volvía a besar y lo cargaba en sus brazos para ponerlo encima de una mesa mientras la escena era observada por el hombre tirado en el suelo quien solo se concentraba en coger el aire. 















Caress SellerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora