Diez meses después...
Rosé sonríe mientras camina por el jardín de su casa de campo... Sonríe deteniéndose junto a la pequeña fuente que es lo único que Lisa no derrumbó de aquella enorme mansión. Mete la mano en su bolsillo y saca una moneda y cierra los ojos deteniéndose en los recuerdos maravillosos junto a su esposa, sus hijos, sus amigos y su familia, quiere atesorarlos todos en un solo deseo... Y piensa que "quiero hacerlos feliz" se queda corto... así que pide al cielo, al universo, a las estrellas, a los dioses... a todo aquello que sea divino que le permita que en su futuro, estén todos ellos siempre.
Cuando la moneda alcanza el fondo de aquella fuente siente la delicada brisa del final del verano acariciarla y hacer a su vestido amarillo ondear... Abre los ojos y gira sobre sus talones, admirando la hermosa casa de campo que Lisa ha construido. Recuerda la despedida tan especial que todos sus amigos, familiares y, por supuesto, ellas y sus hijos, tuvieron en la antigua mansión. Un gran día de música, juegos, mucha comida y risas. Recuerda a Lisa mantenerse aferrada a su cintura sin soltarla un solo segundo, y Dios... jamás se quejaría de eso nunca.
Recuerda la enorme demoledora empezar a destruir aquella casa que albergaba también buenos recuerdos. "No estés triste mi Rosie, te aseguro que nuestra nueva casa nos llenará de felicidad. Te lo prometí, y voy a dártelo" le había dicho y Rosé sabía que la construcción de la nueva casa significaba mucho más que darle lo que ella alguna vez había deseado. Era una forma de materializar las promesas de Lisa, era su forma de decir que "siempre" estaría allí y que sería el refugio de su familia, para la eternidad.
Así que cuando ve el jardín y las enredaderas recorrer las grandes paredes de la fachada de su bonita casa, sonríe... y sonríe aún más ampliamente cuando divisa a sus mellizos atravesar el salón y entrar en la cocina, tomar algunas bebidas y reír divertidos mientras Leo sostiene en sus manos un balón de baloncesto y Lily toma un trozo de bizcocho que Amelia le ofrece.
Diablos... los ama con absoluta locura y no puede creer que tengan trece años. No puede creer que Leo salga con aquella niña que resultó ser encantadora, aunque mucho en que la acepte, ha tenido que ver las largas conversaciones con Lisa. Oh... pero esa castaña recibió de su propia medicina hacía unos cuatro meses, cuando Lily empezó a salir con aquel chico nuevo del instituto. Rosé se había reído a carcajadas cuando Lisa y Leo arrinconaron a Peter en la cocina y Lily tiró de ellos sujetando sus orejas desde la cocina hasta el salón y se los entregó a Rosé, visiblemente enfada. "Mamá, retíralos de mi vista" había dicho y Lisa y Leo habían bufado y se habían cruzado de brazos totalmente enfadados mientras observaban de arriba a abajo al ya demasiado asustado, Peter.
Y así igual que llegaron, Leo y Lily se marchan dejando un beso en la mejilla de Amelia y levantan la mano hacia ella para despedirse. Rosé bate su mano y les lanza besos ocasionando que ellos dos sonrían y puede ver hacia el otro lado del jardín, a Peter y a Rachel besar tiernamente los labios de sus hijos y aunque ella carraspea y los mellizos se encogen de hombros, ríe divertida al igual que ellos, porque saben los tres que si estuvieran en presencia de Lisa, ya habría matado a Peter y habría tirado de Leo de la oreja.
"Lisa..." Levanta la mirada hacia la planta superior, donde puede verla pasearse de un lugar a otro y sonríe ampliamente mientras camina hacia el interior de la casa. Diablos, no puede creer la suerte que tiene de tenerla. Ambas han hecho cambios en su vida, ambas han hablado y han decidido que su tiempo en familia s más importante que cualquier otra cosa. Así que Lisa toma los proyectos justos así como Rosé toma los casos importantes y deja a Hyeri y a su equipo el resto. Han recortado sus jornadas laborales y pasan mucho más tiempo estando juntas y junto a los niños.
- Toma, cielo - escucha a Amelia mientras le entrega una pequeña cesta.
- Gracias Amelia - le sonríe - puedes marcharte a tu gran fin de semana. ¿Hoy qué será?.
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30 Songs
FanfictionRosé está frente a aquella caja pesada que Lisa ha dejado sobre su escritorio junto a una nota. Realmente no sabe qué hacer con ella, quizá está perdiendo su tiempo... como este último año... Sin embargo, se trata de Lisa y todo lo que tenga que ver...