27. Mine

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- ¡NO! ¡TRAE A MAMI DE VUELTA A CASA! - grita Leo enfadado mientras patea la papelera de la cocina ante la mirada atónita de Amelia, Rosé, Jisoo, Ella y Jennie.

- ¡LEO! - Rosé levanta la voz.

- Esto es tu culpa, es tu estúpida culpa. Mami nos ama, siempre lo hace y tú volviste a estropearlo. - dice con rabia y sus ojos llenos de lágrimas. - No voy a perdonarte si mami no vuelve a casa. - dice amenazante antes de salir corriendo de la cocina.

- Leo, vuelve a aquí - dice la rubia pero él ya está fuera de su vista.

- Leo, tu madre te está... - trata Jisoo pero la rubia la detiene.

- Déjalo... solo déjalo - dice pero Jisoo niega con la cabeza.

- Iré a hablar con él.

La rubia entonces dirige su vista hacia su hija que no ha pronunciado palabra y que está siendo consolada por su primita Ella, quien sujeta su mano y deja algunas caricias.

- Lily... - susurra pero la niña simplemente niega la cabeza.

- Pensé que todo... que todo iba bien mamá... pensé que volveríamos a ser esa familia - dice retirando las lágrimas de sus ojos. - No entiendo por qué... por qué estamos otra vez aquí. ¿Es que no quieres a mami?

- Oh cielo... - Rosé corre hasta su hija y la abraza ante la mirada de Jennie y Ella que se seca algunas lágrimas y Amelia que hace exactamente lo mismo - Amo a tu madre, la amo más que a nada en este mundo. Ella es... lo es todo para mí, como vosotros.

- ¿Entonces por qué has dejado que se vaya?

- No cielo... - sacude la cabeza - voy a encontrarla. Lo prometo. - hace el gesto con sus dedos y los besa antes de dejar un beso en la frente de su hija y de borrar sus lágrimas con sus pulgares.

Puede sentir el dolor que sus hijos sienten, puede verlo reflejados en sus ojos... los hermosos ojos avellana de Lily y los grises lunares de Leo. Comprende que su hijo es el más visceral de los dos, comprende que es totalmente impulsivo como Lisa... pero es incapaz de decir una sola palabra, porque sus reclamos son válidos, igual que las lágrimas de Lily.

- Ven, Lily, cielo. Vamos al almacén a buscar algo de harina y haremos un bizcocho - le dice Amelia y la niña asiente soltándose de su madre mientras sale detrás de la ama de llaves. - Vamos Ella? - la niña corre detrás también.

En cuanto las tres desaparecen de su vista, Rosé nuevamente vuelve a deshacerse en lágrimas sintiendo rápidamente los brazos de Jennie alrededor de su espalda.

- Rosie... - trata dejando suaves caricias en su cabello. - Lisa solo necesita tiempo.

- El tiempo que pasa es tiempo que pierdo para recuperarla. - dice poniéndose en pie. - Tengo que seguir buscando.

- ¿Dónde vas a buscarla? Has recorrido todos los lugares habidos y por haber.

- No es suficiente. Lili habría movido montañas para encontrarme si hubiera sido al revés. - toma las llaves de su coche y su abrigo seguida de Jennie. - Quédate con los niños, por favor.

- De ninguna manera. Ya hay una súper tía aquí, yo voy con mi mejor amiga, que también me necesita.

La rubia le sonríe levemente y limpia las lágrimas que quieren volver a formarse en sus ojos y ambas salen en dirección al coche de Rosé.

Tres horas más tarde, Rosé detiene el coche golpeando el volante nuevamente. Ha hecho el recorrido por lo menos dos veces, tratando de ver si en algún momento Lisa aparecía por algún lugar, pero no ha habido suerte. La castaña parece haberse ocultado muy bien.

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