Rosé se sienta en la silla y observa a su lado a Leo mirar hacia abajo mientras agita su pierna de arriba a abajo con nerviosismo. La abogada levanta la mirada y fija sus ojos en aquella mujer, la directora del colegio de su hijo y traga en seco. Leo es un niño muy activo, y normalmente está metido en algún embrollo, parecen perseguirlo, pero nunca ha ido tan lejos como la razón por la que la han citado tan rápidamente.
- Siento haberla molestado, señora Manobal - dice y solo la referencia la hace recordar que aún es la esposa de Lisa... la otra madre de su hijo... madre que no está ahora mismo allí.
Ha llamado cerca de veinte veces a Lisa, más otras tres veces que ha llamado el propio centro escolar, pero la castaña no ha dado señales de vida y eso la molesta, la molesta terriblemente porque ayer la había besado y hoy había desaparecido... "muy propio de Lisa" se obliga a pensar por su humor.
- Estará usted de acuerdo con esto... - dice la directora y Rosé se da cuenta de que no has escuchado una sola palabra de lo que ha dicho la mujer y mira a su hijo que la mira con los ojos suplicantes.
Ugh... odia admitir que no sabe de lo que está hablando y no quiere parecer idiota porque eso no beneficia a su hijo...
- Disculpe, entiendo que Leo...
- Leo será expulsado durante una semana por los acontecimientos señora. Es un buen estudiante y nunca hemos tenido problemas con él, pero lo sucedido es grave... entiéndame. Los otros padres han pedido su expulsión, pero estoy tratando de reconducir la situación.
- Me parece justo - dice la rubia mirando a su hijo que se encoge sobre su asiento.
- Por otro lado... - dice la mujer. - me gustarías hablar con usted en privado.
Rosé asiente y mira a Leo que se pone en pie, toma su mochila y camina hasta la puerta, cerrándola tras de sí.
Lo que hablan dentro su madre y la directora es ajeno al adolescente que se sienta de brazos cruzados sobre el banco del pasillo. Observa su teléfono y mira la pantalla. Lily le ha escrito para preguntar cómo está yendo... pero Leo bloquea la pantalla. Estará castigado por la eternidad, lo sabe bien, porque mamá Rosé es amorosa, pero es estricta, mucho más que mami... oh... mami... cuando mami se entere va a estar doblemente castigado.
Levanta la mirada cuando escucha la puerta abrirse y su madre sale con el ceño fruncido y se despide de la directora agradeciendo. Leo se pone en pie, tomando su mochila y siente la mano de su madre sujetar su hombro y empujarlo hacia la salida.
Ambos caminan hacia la entrada del colegio en completo silencio. Leo mira a su madre de reojo y abre la boca para hablar... sabe que ha metido la pata hasta el fondo, pero joder... aquel chico de cuarto es idiota y se merecía lo que obtuvo. Mami Lisa siempre dijo que debían proteger a la familia y eso es lo que ha hecho, así que no ve la lógica del enfado... aunque entiende que debe ser castigado.
- Mamá... - trata, pero el silencio es lo que obtiene. Así que suelta aire encogiéndose sobre sí mimo y espera.
Cuando alcanzan la salida Rosé se detiene y murmura un "esperaremos a Lily" que suena frío. Leo asiente y se apoya sobre la pared mientras escucha la campana que indica el final de las clases y observa a chicos y chicas de todas las edades salir por la puerta como ganado.
Ve entonces a la rubia que carca a su espalda una mochila y se despide de sus amigas y amigos y rápidamente trata de ponerse derecho y Rosé se da cuenta... no es tonta... ha visto otras veces cómo Leo trata de verse como un chico malo delante de aquella chica y resopla cuando ve a su hijo hacerse a un lado, fingiendo indiferencia.
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30 Songs
FanfictionRosé está frente a aquella caja pesada que Lisa ha dejado sobre su escritorio junto a una nota. Realmente no sabe qué hacer con ella, quizá está perdiendo su tiempo... como este último año... Sin embargo, se trata de Lisa y todo lo que tenga que ver...