Rosé observa la cinta con el número 1 y traga en seco, preguntándose si esto es necesario... piensa en las miles de maneras en las que Lisa pudo haberse explicado y haber dicho algo sobre toda esta parafernalia que ha montado, pero no... ella ha tenido que elegir este método que está acabando con su salud mental.
Se coloca los cascos y toma la cinta introduciéndola en el viejo walkman y respira agitada mientras se acomoda sobre su cama. Mira el reloj de su mesilla, son las 22:30h... para su desgracia, mañana es domingo y los mellizos no madrugan así que acostarlos ha sido una batalla durante la última hora después de la cena.
Suspira profundamente y da al play a la cinta e inmediatamente escucha la voz de Lisa claramente.
- Hola, Rosie - la escucha reírse. - Estoy segura de que hasta hace un instante estabas debatiéndote entre dar al play o no.
Maldita sea, qué bien la conocía.
- Y probablemente hayas estado maldiciéndome durante un rato... - una nueva risita. - Yo... supongo que no encontré otra manera para decirte esto sin romperme ante tus ojos. Sabes lo mucho que me cuesta decir las cosas...
Un silencio se apodera de la voz de Lisa y de la habitación de Rosé. La rubia puede jurar que está viendo a la castaña justo frente a ella debatiéndose entre seguir hablando o no.
- Siempre dijiste que se me daba mejor encontrar canciones para decir las cosas que hablar por mí misma. Y es cierto Rosie... aunque no sé si fuiste consciente de todo lo que cada una de ellas trataba de decirte... así que... aquí voy...
Una vez más el silencio...
- Tengo exactamente 30 días Rosie... 30 días para que me digas adiós y he firmado esa sentencia porque no sé si podré mirarte a los ojos cuando llegue el momento de hacerlo... soy una cobarde y te pido perdón por eso... pero te aseguro que lo he hecho con el dolor de mi alma y con el corazón roto.
Rosé siente cómo una lágrima se desliza sobre su mejilla al oír la voz rota de Lisa a través de los auriculares, tan cerca como si estuviera justo frente a ella y aquello la rompe aún más.
- Esta es mi propuesta... una canción por cada día separadas... por cada día que nos acerca a ese final... siempre te dije que en mi futuro siempre estabas tú y sigo pensándolo Rosie... pero si al finalizar este tiempo, en tu futuro yo no estoy... solo quiero sepas aquello que nunca te dije, si tenemos que decirnos adiós... no quiero dejarme ni una sola palabra en el corazón.
Rosé escucha el suspiro lento de Lisa y oye un ruido de fondo como si bebiera algo.
- No sé si lo recuerdas Rosie... teníamos 9 años. Papá trabajaba en aquella tienda vintage de Notting Hill y yo le acompañaba muchas tardes después de mis clases de dibujo. - Soltó una sonrisa. - Aquel día llovía... era 7 de mayo del 2000 y yo estaba terriblemente enfadada porque volvía del colegio y mi mochila estaba totalmente mojada, lo cual significaba que mis dibujos también. - ríe. - Sabes lo mucho que odio que se arruinen.
Rosé sonríe recordando las veces en las que Lisa refunfuñaba si sus dibujos tenían una pequeña arruga o mancha.
- Entonces... corría a toda prisa por la acera en dirección a la tienda y recuerdo que resbalé y un coche pasó a mi lado bañándome entera con aquel charco... - suelta una risa. - supongo que estaría ridícula toda mojada... pero cuando levanté la vista vi justo delante de la tienda, mirando el escaparate a una niñita rubia con dos coletas mojándose bajo la lluvia, sonriendo y con las manos apoyadas sobre el cristal de la tienda de papá. Recuerdo que pensé ¿por qué demonios sonríe si se está mojando?
ESTÁS LEYENDO
30 Songs
FanfictionRosé está frente a aquella caja pesada que Lisa ha dejado sobre su escritorio junto a una nota. Realmente no sabe qué hacer con ella, quizá está perdiendo su tiempo... como este último año... Sin embargo, se trata de Lisa y todo lo que tenga que ver...