4. Swear it again

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- Bien, firme aquí y aquí - Rosé señala los documentos y aquella mujer deja su rúbrica en ellos mientras sonríe satisfecha.

Cuando termina toma una bocanada de aire y exhala mirando hacia la abogada quien junta los papeles y los coloca en una carpeta. - ¿Y eso es todo? - pregunta la mujer.

Rosé entonces sonríe y asiente - Eso es todo señora Clark, bienvenida a la nueva vida de divorciada. - le dice y la mujer sonríe ampliamente.

- Le estoy muy agradecida, señorita Park - Rosé asiente y sonríe de vuelta poniéndose en pie. - De verdad le agradezco, este divorcio ha estado comiéndome por dentro, pero gracias a usted por fin puedo respirar.

- Es mi trabajo, y ha sido un placer ayudarla. - le dice extendiendo la mano que la mujer estrecha rápidamente y toma la copia de su acta de divorcio sonriendo antes de marcharse por la puerta.

Rosé entonces suelta el aire que ha contenido. Llevar ese caso, al principio había sido un reto y algo entretenido... pero una vez que su situación personal entró en juego... deseaba deshacerse de este caso cuanto antes y por fin lo había conseguido.

- Otro cliente satisfecho. - se asoma Hyeri, una de sus socias.

- Sí, otro más - dice caminando hacia la cafetera, tomando una de las cápsulas de su Nespresso, colocándola y dejando que la máquina haga su trabajo. - ¿Quieres uno?.

- No... prefiero el café de verdad, ya sabes... - ríe.

Rosé asiente. Ella odia el café de verdad pero se está forzando a cambiar eso, quiere tener un nuevo hábito, así que toma el consejo de Jennie quien dice que estos cafés saben menos intensos así que prueba cuando está listo y mierda... sabe igual de asqueroso, pero disimula bien.

- ¿Hoy vas por los terremotos Manobal? - pregunta su colega y Rosé asiente.

Mira el reloj de su enorme despacho de toque clásico que Lisa diseñó para ella y comprueba que debe estar allí en exactamente media hora. Desde su oficina hasta el colegio le toma alrededor de veinte minutos llegar, así que es la excusa perfecta para dejar sin terminar aquel asqueroso café.

- Y debería salir ya - contesta dejando la taza a un lado, caminando a prisa hacia su armario para tomar su bolso y su abrigo.

- Genial, yo voy de salida también. ¿Nos vamos juntas? - Rosé asiente y sale de allí con su colega y amiga.

Hyeri es una gran persona. Se conocieron en la Universidad e hicieron buenas migas pronto. Tenían gustos comunes y sobre todo la pasión por la abogacía que solo compartía con Jisoo hasta entonces. 

Al graduarse, a Jisoo le habían ofrecido un trabajo como abogada del estado, rama por la cual estaba más interesada, mientras que Rosé y Hyeri pensaron pronto en la fundación de un bufete. Años más tarde Jisoo abrió su propio bufete y han estado peleando por casos en la corte desde entonces, aunque las tres se aman fuera de ese enorme edificio, la lucha es a muerte dentro de él.

Hyeri monta en el asiento del copiloto mientras Rosé despeja el asiento trasero de un par de cajas con documentos que debe llevar a casa, antes de sentarse en el asiento del conductor y salir en dirección al colegio de sus hijos.

- ¿Cómo llevas lo de Lisa? - pregunta sin rodeos y Rosé traga en seco pero se limita a contestar de manera políticamente correcta. 

- Relativamente bien, supongo - dice encogiéndose de hombros.

- Te admiro... no es fácil. Estamos cansadas de verlo cada día pero cuando pasa en casa...  

- Es totalmente diferente - Hyeri asiente con una leve sonrisa.

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