EVELYN
Ha pasado otra semana desde que tuve aquel sueño y por fin ha llegado la lluvia. Las tardes encerrada en casa tecleando sin parar y las mañanas en las que Luca no me despierta para ir a correr, pero sí para hacer galletas o ayudar a Don. O sea, toda una maravilla.
De hecho, justo estoy entrando a su librería. Cierro el paraguas y me apresuro a entrar antes de que tenga tiempo de mojarme.
- Buenas tardes, Don - saludo dirigiéndome al mostrador -. ¿Sabes dónde puedo dejar el paraguas?
- Hola, querida. Aquí en el almacén mismo.
Lo sigo por las estanterías hasta llegar al mismo lugar en el que chillona casi me rompe un tímpano. Recordarlo hace que me duela.
Dejamos el paraguas y aprovechamos para recoger unos libros y llevarlos a los estantes.
Luca aparece de la nada para ayudarme mientras Don vuelve a atender a un padre y su hija.
- ¿Y es normal que llueva tanto por aquí? – Pregunto al chico mientras colocamos los libros.
- No, la verdad es que no. Pero tengo fe en que pronto termine esta mala racha de tiempo y podamos volver a nuestro ejercicio matutino. – Creo que nunca había puesto una cara de mayor falsa ilusión en mi vida y Luca lo nota. De reojo veo como sonríe.
Todo me parece tan divertido hasta que recuerdo sus palabras: <<Si solo tienes un año, tendremos que aprovecharlo al máximo, ¿verdad?>> Aparto el pensamiento de mi cabeza tan rápido como lo he aprendido a hacer últimamente.
- El otro día querías hablarme de una fiesta, ¿de qué va? – Pregunto mientras coloco uno de los últimos libros del estante y comenzamos a movernos.
- Oh, es la Festa della Musica que se celebra todos los años en las afueras de la ciudad. Todo el mundo está invitado. Vienen músicos de todas partes que tocan durante el día y entregas de premios por la noche – hace una pequeña pausa - y mucha comida – añade guiñándome el ojo -. Limite di tempo es una de las bandas que tocaremos este año y también nos han nominado en un par de categorías.
- ¡Eso es genial! – Exclamo ilusionada y casi tiro los libros que llevo.
- ¿Entonces, vendrás?
- Por supuesto. ¿Pero cuándo es?
- Aún quedan un par de meses aunque no creo que tardes en ver carteles por todas partes.
- Evelyn – me llama Don y estoy a punto de tirar los libros del susto como la primera vez que lo vi -, son las ocho. ¿No querías que te avisara?
- ¡Mierda! Damiano... – Susurro. -Tengo que irme – le explico a Luca mientras dejo los libros en una silla y le doy un abrazo -. Ciao hermosuras. – Añado y salgo corriendo por la puerta olvidándome el paraguas que Luca me da segundos después.
DAMIANO
Veo como Evelyn entra en la plaza y camina por ella intentando no pisar ningún charco.
Salgo a la puerta y me apoyo en ella tratando de calmar mi corazón.
- Casi pensé que me habías dado plantón. Luego recordé que con mi encanto sería imposible. – Le digo cuando llega.
- ¡Ja! Muy gracioso fiestero. – Me responde dándome un pequeño empujón para pasar y no puedo evitar reír.
- ¿Volvemos a fiestero?
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Tenemos un año
Roman d'amourUn año, doce meses... ¿suficiente para enamorarse? Sí, pero ¿y si ese no fuera el problema? Desde que casi se mata en un accidente de coche, Evelyn no es la misma. Se lo toma todo demasiado en serio y es más responsable de lo que lo ha sido jamás...