RECUERDOS DE SANDRA
Dicen que somos nuestros recuerdos. Tiene todo su sentido. Lo que hemos vivido nos ha llevado a ser como somos. Esa es una de las razones por las que adoro a Eve. Ha tenido que seguir adelante con más preguntas que respuestas.
Me alegro de tener mis recuerdos. Me han llevado a ser la mujer increíble que soy hoy.
Y quien niegue que lo soy que empiece a correr.
16 años atrás (Edad de Sandra: 6 años)
- Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis.
- Seis y dos son ocho y ocho.
Miro a mis padres que esperan que siga con la canción. Sin que me vean, cuento con los dedos por debajo de la mesa. Ocho, nueve, diez, once... quince y...
- ¡Dieciséis! - Exclamo.
- Muy bien, cariño. – Dice mi madre plantando un beso en mi cabeza.
Sonrío, moviendo los pies debajo de la mesa. No me llegan al suelo, pero viendo los altos que son mis padres, espero que algún día lo consiga.
- Bueno, creo que ya vale por hoy de lecciones – dice mi padre levantándose -. ¿Quién quiere escuchar un poco de rock?
- ¡Yo! ¡Yo! - Alzo la mano, emocionada. Me encantan las canciones que pone papá.
Aunque mis padres bailan fatal, he de decir que yo lo hago de maravilla. Pero siempre consiguen que me ría.
- Mmm... ¿nadie? – Pregunta mi padre.
- Yo, yo quiero. – Repito.
- Vaya, así que nadie. – Papá siempre me hace lo mismo.
Creo que le hacen falta gafas. Y una de esas cosas para la oreja que tiene el abuelo.
- Creo que nosotras queremos. – Interviene mi madre.
Aun así, papá sigue sin prestarnos atención.
Bajo la mano y cruzo los brazos, indignada. ¿No me ve o me está ignorando?
Al fin, papá baja la mirada hacia mí.
- Yo quiero. – Repito.
- ¡Pues música se ha dicho! – Exclama. – Pero, ¿por qué no lo dijiste antes? – Me dedico a mirarle mal.
Mi madre ríe y me olvido de todo cuando la música comienza a sonar.
Bajo de la silla como puedo y me uno a mis padres en sus bailes de locos.
Cuando terminamos todos tenemos hambre y hacemos pizza. Yo colaboro a jugando con la masa y robando queso que, obviamente, es la mejor parte de todo.
La pizza está más que buena y admito que la compañía tampoco está mal.
14 años atrás (Edad de Sandra: 8 años)
La festividad favorita de mis padres son los cumpleaños. Y la mía también.
Siempre hay tarta y música y nos reunimos todos.
Creo que son mis cosas favoritas.
Y sin duda el de mi madre es el mejor. Mi padre se pasa semanas organizando lo que haremos. Compra tickets para cualquier concierto o para el museo, hace una tarta gigante, y me lleva a decidir el regalo de mamá, lo que siempre es una buena oportunidad para que me compre algo también. Y ese día los dos se ponen muy ñoños. Esa parte no me gusta tanto, pero me parece increíble lo mucho que se quieren. Es que me parece increíble. Los padres de mis compañeros están casi todos divorciados y nunca se besan en público, pero mis padres lo hacen a todas horas. Es bonito. Y un poco asqueroso.
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Tenemos un año
RomanceUn año, doce meses... ¿suficiente para enamorarse? Sí, pero ¿y si ese no fuera el problema? Desde que casi se mata en un accidente de coche, Evelyn no es la misma. Se lo toma todo demasiado en serio y es más responsable de lo que lo ha sido jamás...