JACK
- Tan preciosa como siempre. - Sandra se gira.
Sí, de normal va mucho más arreglada pero da igual lo que se ponga, la madre de mi hijo es impresionante y hace que hasta la camisa más raída y pasada de moda le quede perfecta.
- Lo sé. - Dice, tan humilde como siempre.
Yo disparo el flash para capturar esa sonrisa que es tan difícil de conseguir, como las perlas.
- ¡Jack! - Me rio y eso la calma. - Anda, no gastes batería tan pronto. Y es hora de irnos, antes de que Damiano se despierte.
Dicho esto se acerca a la cuna de Matteo y lo coge en brazos.
- Espera. Muévete a la derecha.
- Jack...
- Por fa. - Sandra rueda los ojos y se mueve a mi izquierda.
- No, al otro lado - me fulmina con la mirada -. ¿Qué? He dicho derecha, mi derecha.
- Sabes que siempre tiene que ser mi derecha. - Sonrío. Echaba de menos estos momentos.
- Ahí. Perfectos - disparo y ahí está la foto -. Preciosos. Se nota que sois madre e hijo. - Sandra rueda los ojos, de nuevo.
- ¿Y por qué tanta insistencia por una foto?
- Así puedo atesorar este momento. Para siempre. Pase lo que pase.
- Ah, pues entonces - se acerca y con su mano libre tira de mí. Me roba la cámara -, tú no puedes faltar en este recuerdo.
- No... estropearía la foto.
- Eres idiota. Ahora sonríe con esos ojazos tuyos. - Dispara el flash.
En la foto queda reflejada unos padres primerizos con su hermoso bebé. La familia perfecta. Al menos, para mí.
Ellos son perfectos.
Antes de salir le robo un beso a Sandra y dejo otro en la frente de mi hijo.
- Hora de irnos, preciosa y precioso.
- Que original.
EVELYN
- Este lugar ha quedado precioso, Eve. - Dice John.
- Gracias.
Le he dado muchas vueltas al regalo perfecto, incluso llené una papelera entera con listas de posibles regalos, pero nada parecía reflejar lo mucho que le agradezco a Damiano lo que hace cada día por mí.
Así que dejé de pensar en nada que fuese material. De todos modos podría comprárselo él.
Y se me ocurrió esto.
Las últimas dos semanas, Damiano no ha dejado de trabajar para arreglar el bar. Ha contratado a los mejores arquitectos, albañiles, electricistas, fontaneros y carpinteros que ha podido encontrar.
Aun así, ha estado algo desanimado. Supongo que la visita de Marco tampoco ha ayudado mucho.
Por lo que puede ser que nosotros, es decir, John, Luca, Sandra y yo, le diésemos un... incentivo a los trabajadores para que alargasen un poquito la jornada y tuvieran esto listo para hoy.
¡Y lo conseguimos! A ver, aún quedan algunos arreglos antes de que el bar reabra oficialmente, pero eso es tema para otro día.
Hoy, el grupo de Limite di tempo y una servidora están preparados para servirles los mejores platos que hayan probado en una preciosa plaza de Italia, junto con el maravilloso Jack como invitado especial que se encargará de hacer un increíble reportaje. Y, cuando cerremos, celebraremos el cumpleaños de Damiano.
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Tenemos un año
RomanceUn año, doce meses... ¿suficiente para enamorarse? Sí, pero ¿y si ese no fuera el problema? Desde que casi se mata en un accidente de coche, Evelyn no es la misma. Se lo toma todo demasiado en serio y es más responsable de lo que lo ha sido jamás...