Capítulo 18 - Videollamada

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AMY

Pronto me quedaré dormida. Amo mi trabajo, pero no el hecho de madrugar.

Aunque da igual, en dos horas Val me recogerá y nos iremos de día de chicas. Antes siempre lo hacíamos con Eve, e incluso había días en los que se nos unía mi novio. La echo de menos.

- Me voy a por un café. - Le digo a mi jefe que se dedica a gruñir y asentir. A él tampoco le gusta mucho madrugar.

Camino hasta la sala donde tenemos la cafetera y mientras se me hace el café abro mi correo.

Tengo unos diez, pero sólo puedo fijarme en el primero.

VAL

Aunque aún quedan dos horas para vernos, Amy me llama. Ya puede ser una emergencia. Le tengo dicho que sólo me llame en el trabajo si es extremadamente necesario. Antes me llamaba siempre que se aburría. A mis clientes no les hacía ninguna gracia.

- ¿Qué pasa, Amy? Estoy trabajando. - Susurro mientras le sonrío educadamente a la pareja enfrente mía.

- ¡Val! Es... es... - Mi amiga es lo más adorable que vais a ver. Pero tiene un gran problema para hablar cuando se pone nerviosa. Eve siempre sabía como calmarla... se la echa de menos.

- Amy, respira y cuéntamelo. - Le ordeno, no sé si para ayudarla o porque me está poniendo nerviosa.

Por fin consigue hacer algo más que tartamudear. Cuando termina de hablar, me excuso con la pareja y me voy. ¿QUE HA PASADO QUÉ?

DAMIANO

Entre haberse tenido que tomar una baja y las clases pre-parto, que no hacen más que ponerla nerviosa, Sandra está que casi no se le puede hablar.

Hay días en los que amanece feliz, viendo el mundo de color, a la hora puede ser más borde que incluso ella misma, al rato está deprimida riñéndole a su barriga y después vuelve a estar de nuevo tan alegre que me da miedo.

Ahora parece que está en transición entre un estado de bordería y felicidad.

- Hola de nuevo, Sandra - la saluda la profesora de las clases pre-parto que tiene como un aire... ¿zen? ¿Se dice así? Yo sólo sé que es capaz de mantener la calma con todas las preguntas y comentarios sarcásticos de mi amiga y por eso la admiro -. Veo que hoy has vuelto a traer a Damiano. ¿Qué ha pasado con tus otros dos amigos?

- Ay, me pusieron un montón de excusas tontas. Pero sí, yo también creo que es gracioso verlos tan incómodos. Podrías ponerte más nervioso Damiano. ¡Partos! ¡Compromiso! - No puedo hacer otra cosa que rodar los ojos.

- Sí, entiendo por qué no vinieron hoy. - Me burlo y Sandra me mira mal.

Por un momento, tengo miedo de que me grite y me eche, pero no hace más que reírse con mi broma. En serio, me da miedo.

Por suerte esta tarde tengo excusa para no cuidar de mi amiga. Eve va a hablar por videollamada con sus amigas y quiero estar ahí para apoyarla. No creo que vaya a participar pero pensé llevarla al bar y esconderme en la cocina para que tengan su privacidad, pero que también pueda recurrir a mí si lo necesita.

Buscamos una esterilla y nos sentamos.

Pasamos la siguiente hora con un montón de parejas felices y nerviosas, pues la mayoría tendrán a sus hijos en menos de un mes, como Sandra. Le agradezco que no se ponga borde y mantenga el ambiente feliz, como la profesora. Igual se toma algo. La gente no es tan pacífica y habla tan lento porque sí.

Termina la clase y mi amiga se acerca a hablar con los demás. Me quedo cerca suya para vigilar que no diga ninguna tontería y se porta, sorprendentemente.

Tenemos un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora