Capítulo 37 - Secretos

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JOHN

Podría quedarme horas y horas mirándolo, aunque sólo sea dormir. Puede sonar siniestro pero es la verdad.

Sin embargo, termino incorporándome.

Me tomo mi tiempo. Observo su cuarto: sus baquetas sobre la mesa, una estantería hasta arriba de libros, un montón de fotos pegadas a la pared. Ya he estado montones de veces aquí en situaciones muy parecidas pero ahora parece haber nuevas. Reconozco a Evelyn en algunas y también a Matteo.

Me levanto y doy un paso hacia ellas antes de que una mano me agarre del brazo.

- ¿Dónde crees que vas? - Pregunta Luca antes de tirar de mí.

Me dejo caer sobre la cama y él se sienta encima mía.

- ¿Acaso piensas secuestrarme aquí todo el día? - Le pregunto.

Él sonríe e inevitablemente yo también lo hago.

- Anoche te prometí que no volvería a dejar que te marcharas. No tengo ninguna intención de romper esa promesa.

Es una sensación muy muy rara, pero siento que me derrito un poco.

Después vuelve a besarme.

Sí, anoche nos prometimos muchas cosas.


LA NOCHE ANTERIOR

LUCA

Durante todo el viaje en ascensor no nos separamos ni un momento.

Sólo lo hacemos cuando llegamos a mi puerta y me toca abrir.

Le doy un beso corto, y luego él otro me da otro, y yo le doy otro, hasta que conseguimos separarnos y que pueda darme la vuelta y abrir la puerta.

Sigo muy nervioso y casi se me caen las llaves dos veces. John tiene que rodearme las manos con las suyas para que dejen de temblarme y pueda dar con la que es.

Por fin, abro y le invito a pasar.

Él me adelanta, yo cierro y nada más girarme, me arrincona y vuelve a besarme.

Es un beso de esos que te quitan la respiración y remueven el mundo a tus pies. Después de eso, ninguno es capaz de moverse. Nunca me había besado así. Creo que nunca se había atrevido a hacerlo. La mirada de John es un reflejo de la mía, de alguien que a penas se cree lo que está pasando.

Entierra la cabeza en mi hombro y sonrío.

- ¿Es esto real? - Susurra. Su aliento me hace cosquillas.

Con todo el cuidado que puedo levanto su cabeza, antes de besarlo, esta vez con pasión. Y sin saber cuándo ni cómo, acabo a horcajadas sobre él en mi sofá.

- ¿Te parece que todo esto no es real? - Se separa de mí, para mirarme. - Porque yo siento tantas cosas ahora mismo que podría explotar. - Sonríe, sé que demasiado nervioso como para echarse a reír o siquiera hablar. Vuelvo a besarlo, despacio y cada vez más apasionadamente.

- No dejes que vuelva a marcharme. - Dice en una de esas cortas ocasiones en las que nos separamos unos centímetros a tomar aire.

Sé, ahora más que nunca, después de todo lo que ha pasado, que cuando las cosas van bien, se asusta y tiende a huir.

Así que, cuando hablo, lo hago todo lo en serio que sé.

- John, te prometo que no volveré a dejar que te marches sin luchar por ti - siento como, la tensión que llevaba aguantando tanto tiempo, desaparece -. Te quiero, John. - Añado contra sus labios.

Tenemos un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora