JOHN
Podría quedarme horas y horas mirándolo, aunque sólo sea dormir. Puede sonar siniestro pero es la verdad.
Sin embargo, termino incorporándome.
Me tomo mi tiempo. Observo su cuarto: sus baquetas sobre la mesa, una estantería hasta arriba de libros, un montón de fotos pegadas a la pared. Ya he estado montones de veces aquí en situaciones muy parecidas pero ahora parece haber nuevas. Reconozco a Evelyn en algunas y también a Matteo.
Me levanto y doy un paso hacia ellas antes de que una mano me agarre del brazo.
- ¿Dónde crees que vas? - Pregunta Luca antes de tirar de mí.
Me dejo caer sobre la cama y él se sienta encima mía.
- ¿Acaso piensas secuestrarme aquí todo el día? - Le pregunto.
Él sonríe e inevitablemente yo también lo hago.
- Anoche te prometí que no volvería a dejar que te marcharas. No tengo ninguna intención de romper esa promesa.
Es una sensación muy muy rara, pero siento que me derrito un poco.
Después vuelve a besarme.
Sí, anoche nos prometimos muchas cosas.
LA NOCHE ANTERIOR
LUCA
Durante todo el viaje en ascensor no nos separamos ni un momento.
Sólo lo hacemos cuando llegamos a mi puerta y me toca abrir.
Le doy un beso corto, y luego él otro me da otro, y yo le doy otro, hasta que conseguimos separarnos y que pueda darme la vuelta y abrir la puerta.
Sigo muy nervioso y casi se me caen las llaves dos veces. John tiene que rodearme las manos con las suyas para que dejen de temblarme y pueda dar con la que es.
Por fin, abro y le invito a pasar.
Él me adelanta, yo cierro y nada más girarme, me arrincona y vuelve a besarme.
Es un beso de esos que te quitan la respiración y remueven el mundo a tus pies. Después de eso, ninguno es capaz de moverse. Nunca me había besado así. Creo que nunca se había atrevido a hacerlo. La mirada de John es un reflejo de la mía, de alguien que a penas se cree lo que está pasando.
Entierra la cabeza en mi hombro y sonrío.
- ¿Es esto real? - Susurra. Su aliento me hace cosquillas.
Con todo el cuidado que puedo levanto su cabeza, antes de besarlo, esta vez con pasión. Y sin saber cuándo ni cómo, acabo a horcajadas sobre él en mi sofá.
- ¿Te parece que todo esto no es real? - Se separa de mí, para mirarme. - Porque yo siento tantas cosas ahora mismo que podría explotar. - Sonríe, sé que demasiado nervioso como para echarse a reír o siquiera hablar. Vuelvo a besarlo, despacio y cada vez más apasionadamente.
- No dejes que vuelva a marcharme. - Dice en una de esas cortas ocasiones en las que nos separamos unos centímetros a tomar aire.
Sé, ahora más que nunca, después de todo lo que ha pasado, que cuando las cosas van bien, se asusta y tiende a huir.
Así que, cuando hablo, lo hago todo lo en serio que sé.
- John, te prometo que no volveré a dejar que te marches sin luchar por ti - siento como, la tensión que llevaba aguantando tanto tiempo, desaparece -. Te quiero, John. - Añado contra sus labios.
ESTÁS LEYENDO
Tenemos un año
RomanceUn año, doce meses... ¿suficiente para enamorarse? Sí, pero ¿y si ese no fuera el problema? Desde que casi se mata en un accidente de coche, Evelyn no es la misma. Se lo toma todo demasiado en serio y es más responsable de lo que lo ha sido jamás...