Capítulo 36 - Aire

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DAMIANO

- Pues parece que no van a volver en un buen rato - dice Sandra, antes de suspirar -, ¿damos la fiesta por terminada?

- ¡Eh! ¿A qué vienen esas prisas? Yo creo que volverán. - Dice Eve.

-  Pues yo no. - Interviene Jack y todos nos quedamos mirándolo.

- Cariño, porque estemos juntos no hace falta que opines igual que yo.

- Va en serio. Mira, si no lo encuentra, llegará un punto en el que estará tan cansado de buscar que se irá a casa, si es que no se pasa toda la noche buscándolo. Si lo encuentra, pueden pasar dos cosas. O que John acepte que ambos sienten lo mismo y se vayan juntos y felices, o que tenga tanto miedo que lo rechace y ambos se vayan solos y tristes a sumirse en la miseria.

- Que alentador. - Parece que mi aportación no es bienvenida porque todos se quedan pensando y no me hacen caso.

Gracias, chicos, yo también os quiero. Excepto a Jack. Lo respeto, pero sólo como al tío que le salvó la vida a mi novia y como al padre del hijo de mi mejor amiga. Poca cosa.

Como nadie dice nada, vuelvo a intentar llevar la conversación.

- ¿Y qué creéis? ¿Será un cuento de hadas o una tragedia?

- Cuento de hadas. - Afirma mi bella psicópata, ilusionada.

- Tragedia. - Dice Jack sin dudarlo ni un instante. 

Pienso un momento en su relación con Sandra. Supongo que, aunque su historia de amor vaya por buen camino ahora, ha pasado por muchas tragedias. Es... como un drama.

- Un cuento de hadas, pero preferiría un tragedia - como siempre, Sandra sabe sorprendernos -. No me miréis así. Son Luca y John. Es eso de lo que siempre nos habla Luca - nos miramos sin entender - sí, chicos, eso de los libros... ¿cómo era?

- Lui è caduto per primo, ma lui è caduto più forte. Él cayó primero, pero él lo hizo más fuerte. - Apunta Eve, demostrando que también es una friki de esos temas.

- Sí, eso - dice Sandra -, aunque en inglés suena mucho mejor. En italiano y en español duele pensarlo. - Sí, sí que duele. Aunque desde luego, en el caso de John y Luca, enamorarse duele.

Y en el de Sandra y Jack.

Y en el mío y en el de Evelyn siempre que Alberto y el accidente salen a la luz.

Pero hoy nos prometimos disfrutar. Disfrutar el tiempo que nos queda juntos porque nos vamos a España en un mes.

La miro de reojo. ¿Con todo lo que está pasando se habrá acordado de que un día como hoy hace doce meses la conocí? Se me acelera el corazón un instante.

Recuerdo su cara de asustada aquel día. Recuerdo cada momento de ese viaje en coche. También recuerdo que estuve hasta las tres de la mañana escribiendo canciones sin parar sólo pensando en ella. Hubiera seguido, pero Sandra y mi ahijado no nato me interrumpieron.

Quizás nuestra historia no haya sido un romance épico como el de mis amigos. Pero ha sido bonito. Hemos tenido nuestros días buenos y nuestros días malos pero no me he arrepentido ni un segundo de estar con ella.

Al fin y al cabo, desde aquel día no ha dejado de ser mi inspiración.

- Damiano. ¡Eh, Mancini! Vuelve a la Tierra, por Dios. - Dice Sandra.

- ¿Qué? - Pregunto, sin tratar de disimular mi ensoñación. Ella rueda los ojos antes de darme un abrazo y luego veo a Jack esperando con Matteo en brazos.

Tenemos un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora