20.

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20. Teleferico.

—¡Hey Spreen!—

Juan finalmente había llegado y tal como había prometido tenía puesto su traje de hechicero. Spreen lo observó por unos segundos, se veía idéntico al día que lo vio por primera vez, solo que estaba vez podía contemplarlo mejor. no pudo evitar que una tonta nostalgia lo invadiera.

—Gafotas, te ves más tonto que de costumbre.— Spreen se acercó para hablar mejor con él.

—Voy a ignorar eso, ¿Estás listo para la mejor experiencia de tu vida? — Juan estaba con la emoción a tope y nada que pasara hoy lo desanimaria.

—¿Ganar la lotería? — La burla en su voz era evidente, los dos compartían algo en común, les encantaba fastidiarse mutuamente.

—Aún mejor mi querido amigo, ¡vas a tener el honor de tener un tour privado cien por ciento gratis en mi santuario! —

—No entiendo tus prioridades.—

—Solo callate y ven. —

Juan dudo un poco pero finalmente tomó del brazo a su acompañante, y lo jalo para caminar juntos, spreen se sorprendió un poco por la acción, no estaban guardando la distancia que el desearía pero tampoco quería o iba a separarse de ese abrazo.

—¿Vamos a tomar un carro hacia tu casa?— Spreen preguntó mientras los dos caminaban, unas cuantas personas los volteaban a mirar cuando pasaban y eso lo ponía un poco incómodo.

—Si y no.— Juan lo miró con una sonrisa, los dos estaban un poco nerviosos. —Ya verás cuando lleguemos.—

—Okay.— Spreen volvió su mirada al camino, sentía su corazón latiendo con velocidad y eso lo molestaba, estaba demostrando exactamente lo que dijo Tanizen.

(...)

Estaban en el carro, hace un largo tiempo se habían alejado de la agitada ciudad y ahora solo veían árboles, el carro se movía bruscamente de vez en cuando por el descuidado camino.

Spreen miró por la ventana confundido, ¿por qué iban tan lejos?

—¿Sos un asesino? — Spreen regreso su atención al de cabellos marrones, el estaba aún sujeto a su brazo y tenía su cabeza ligeramente apoyada en su hombro.

Juan sonrió y lo miró, sus rostros estaba un poco cerca, pero eso demasiado para alguien como spreen. —Obviamente no, aparte, no me gusta la sangre iu. —

—Oh... –

Spreen aparto la mirada avergonzado, dirigiendo su atención al conductor que los veía por el retrovisor con una expresión de incomodidad y fastidio.

"Viejo choto, ¿por qué andá de metiche?"

—Deténgase aquí. — Habló Juan y el conductor freno el coche.

Juan bajó emocionado del carro porfin separándose de spreen, spreen bajo después de el, mientras que el hechicero pagaba el miraba a su alrededor, solo había grandes árboles y parecían estar en un tipo de bosque, su instinto de supervivencia le decían que le robarian, pero intento calmarse, Juan no era ese tipo de persona que se acercaba a ti con malas intenciones.

Juan no era como el.

El hechicero tocó levemente su hombro. —Ven, debemos subir hasta arriba. —

—¿Arriba donde?—

Juan señaló una montaña qu se veía a lo lejos, el estaba más confundido, —¿Debe ser broma no? Ni en pedo subo eso.—

—Lo suponía, tengo un método mucho más sencillo.—

Juan se dirigió caminando a un lugar detrás de grandes arbustos y spreen lo siguió de cerca, detrás de muchas hojas había un gran teleferico, spreen no podía procesar muy bien la situación.

—¿Cómo hay una de esas cosas acá?—

—Lo hizo uno de mis amigos que es ingeniero, no te preocupes, ya lo use y no se cae.— Juan palmeo la cabina del teleferico orgulloso.

—Eso no me da consuelo, ¿esto sube hacia arriba? —

—No, hacia abajo.— Juan habló con ironía y entró a la cabina un poco impaciente. —Vamos Spreen, no hemos venido para nada.—

—No sabía que era tan complicado llegar a tu casa.— Spreen habló con sinceridad, miraba cauteloso el teferico y miró igualmente la montaña a la distancia, su razón le decía que sería muy peligroso, ¿estaba a tiempo de mandarle la ubicación a carrera?

—Spreennnn, vamos, no va a pasar nada. — Juan al ver que spreen no daba ningún paso, suspiro y bajó con cuidado para acercarse a él, lo tomó de las manos un poco nervioso y lo miró directamente a los ojos. —No haría nada que llegara a perjudicarte, te lo juro.—

Spreen lo miró, esa extraña sensación en su estómago se hizo presente, se quedaron unos segundos mirándose cuando cayó ante la insistencia del hechicero. —Esta bien.—

Juan sonrió emocionado y lo jalo fuertemente hacia dentro del teleferico, mientras le daba indicaciones de cómo colocarse el cinturón y no moverse por medidas de seguridad.

Spreen hizo caso a todo lo que dijo, no quería aparecer en las noticias como el pelotudo que murió en un teleferico por no resistirse ante unos ojos bonitos.

Durante el tramporte Juan hablaba alegremente sobre las vistas señalando un par de cosas por la ventana, también comentaba cosas que estaban prohibidas dentro de su santuario y cosas que no debía hacer delante del puerco araña.

Spreen lo escuchaba atentamente, el azabache sentía en esos típicos clichés donde el extrovertido que no podía parar de hablar se hacía amigo del introvertido que sólo se dedicaba a escuchar.

Juan era el extrovertido de Spreen y Spreen era el introvertido de Juan.

El teleferico paro indicando que finalmente había llegado a su destino, los dos bajaron con cuidado, spreen se quedó unos segundos sorprendido, delante el suyo había literalmente un santuario, el ingenuamente había pensando que Juan le decía el santuario sólo para no salirse del papel de hechicero supremo.

Ahora en adelante  creía que nada de lo hiciera el hechicero lo sorprenderia.

—Bonito ¿no? — Juan sonrió arrogantemente.

Spreen asintió sin despegar su atención de la gran construcción frente suya.

Tenía que guardar evidencia de que esto existía, sería algo preciado para su revista.

—¿Puedo tomar fotos? —

—Solo si yo aparezco en todas.—

















¡Holaaaaaaaaaaaa! ¿Cómo están?

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¡Holaaaaaaaaaaaa! ¿Cómo están?

Espeeo que bien, yo un poco enfermo y creo que me jodi un oído, pero siempre sobreviviendo ^^.

Espero que el capitulo de hoy les haya gustado, no tengo mucho más que decir además de que, me dueles spreen.

¡Les deseo un lindo día!

Bayyyy.

—willi.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora