Final

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48. Final:
Nota dorada.

Ese día aún lo recuerda bien, estaban en una de las bancas del parque, la brisa soplaba de manera tranquila y desordenaban sus cabellos, habían salido hace unos minutos de esa cafetería, habían querido conversar en un lugar un poco más privado y por alguna razón juan había decidido que ese lugar fuera el parque, aunque por ahí pasaban muchos niños y personas.

Estuvieron en silencio por un largo tiempo, pero no eran esos silencios tensos e incómodos, más bien eran esos silencios donde ninguno queria decir una palabra, esos silencios donde la precensia del otro era más que suficiente, esos silencios donde los que se comunicaban eran sus corazones en vez de sus bocas.

Spreen nunca creyó extrañar tanto un momento así.

Aún recordaba como con un poco de vergüenza y miedo a ser apartado entrelaso su mano con la del hechicero, en su interior temía ser rechazado aún a pesar de que habían confesado su amor por el otro ese mismo día.

En ese tiempo era tan inseguro y desconfiado aún.

Juan ese día no aparto su mano, de hecho la sostuvo con más fuerza, tal vez temía que se fuera y se alejara de su lado, tal vez no quería separarse nuevamente de él, pero no lo sabrá nunca, ya no podía preguntarle aquellas cosas.

Ojalá juan nunca hubiera soltado su mano.

Pensó, pensó con todo su corazón que ese día marcaría su nuevo comienzo, creyó credulamente que ese día daría inicio a su nueva vida a lado de juan, su vida sin mentiras ni engaños, una vida donde amaría todo los días al hechicero... pero como ahora sabía, juan al parecer no tenía los mismos planes.

Sentia lastima de si mismo al solo recordar ese momento.

Esa vez el hechicero tenía una sonrisa brillante que decoraba su rostro, y podía jurar que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida, sus ojos de color miel tenían nuevamente ese brillo que siempre le gustó, ese brillo que reflejaba completa felicidad y amor.

Tal vez por eso no esperaba lo que pasaría después.

Esa sonrisa que amaba poco a poco fue decayendo y ese brillo contento a su hijo se esfumó. estaba preocupado ¿había pasado algo malo? Intento hablar con el, rompiendo finalmente ese silencio que calmaba su corazón.

Esperaba de todo menos una respuesta como la que él le dio, al escucharlo sintio un gran dolor en el pecho y juraba que su corazón se había roto en miles de pedazos, maldita sea, aún sentía que su corazón hasta el día de hoy no había dejado de sangrar.

"Spreen, te amo... pero no puedo estar contigo."

Después de aquellas palabras no lograba recordar por completo lo que pasó, ese momento fue tan doloroso que su mente bloqueo ese recuerdo, solo tenía pequeñas lagunas mentales donde solo veía a juan darle un beso salado —por las lágrimas que ambos derramaban— y despedirce de él con una sonrísa falsa y desdichada en su rostro.

Esa fue la última vez que vio al hechicero.

Después de eso estuvo deprimido por un largo tiempo nuevamente, lloraba toda las noches y se descuido igual o peor que antes, por sus graves problemas de salud fue nuevamente ingresado al hospital, esto se repitió varias veces, venía y salía de emergencias.

Esas veces sus amigos no hicieron caso a sus palabras de querer estar solo y lo visitaban todo los días, de hecho fue tanta su preocupación que carrera junto con pelusa se habían mudado unos meses a su apartamento.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora