38. Charla de exs.
Había intentado limpiar un poco, hoy tendrá visita y no quería que sus dos invitados se dieran cuenta que era un tonto con el corazón roto que no podía ni tenía ganas de hacer nada.
Luego de preparar unos aperitivos y bebidas para ofrecer y no verse como un mal anfitrión escucho unos pequeños golpes en su gran puerta seguidos de unos "¡hey juan!" de una voz que reconocía a la perfección.
Dejó la comida en el mostrador de la cocina y se dirigió rápidamente a abrir la gran puerta, una vez ahí y antes de abrir con la manicela se dio cuenta que en vez de sus dos invitados solo había uno.
Aún así abrió la puerta un poco curioso.
—¡Juanito!— el chico de cabellos blancos lo abrazo con entusiasmo — ¡Te extrañe! Ya no me visitas maldito hechicero engreído.—
—¡Rubí!— Correspondio al abrazo con la misma emoción. —Lamento eso, no quería ser el mal tercio en tu casa.—
—Que va. No eres el mal tercio para nada.—
—La cara de vegetta cada que me ve no dice lo mismo.—
Rubius rio ante su declaración, en un punto tenía razón aunque su vegetta era una persona muy amable con todos eso no le quitaba el hecho de que era algo celoso.
Juan se separó del abrazo sin brusquedad y miró a su visita confundido — Hablando de tu esposo ¿Y Vegetta?—
—No quieres estar solo conmigo, eh.—Rubius bromeó fingiendo coquetería.
—De hecho si, la última casi quemas mi santuario.— contrataco bromeando también — Pero en serio, ¿donde está? nunca se despega de ti.–
La sonrisa de rubius decayó ligeramente. —...Esta ocupado trabajando, Lolito el nuevo negociante de la empresa lo tiene controlado por completo. Cosas de gente con responsabilidades supongo.—
—Entiendo, bueno, no en realidad, yo aún me mantengo con el dinero que me dejaron mis padres y el dinero del profeta. — Bromeó intentando regresar a su amigo a su antiguo estado de ánimo, cosa que logró porque el de ojos verdes rio fuertemente al escucharlo.
—Quién como tu.—
Luego de una breve platica entre risas y comentando por encima algunas novedades en su vida entraron al santuario, rubius tenía curiosidad de saber lo que pasaba en la vida del hechicero, esa vez que lo llamó se preocupo demasiado y quería visitarlo en ese mismo momento pero vegetta lo calmo y dijo que podrían ir mañana los dos.
Rubius se sentó en el sofa de la sala y miró con admiración toda la decoración que lo rodeaba, Juan en cambio se dirigió a la cocina y entregó un vaso de jugo y algunos aperitivos, para luego sentarse a su lado.
Parecían dos viejas chismosas apuntó de criticar a sus vecinos, pero eso era divertido y cómodo para ellos dos.
—Bueno...— rubius tomó un trago de su jugo y lo miró atentamente — ¿Quién es el gilipollas al que le voy a romper la cara?—
Juan quien también tomaba su bebida se atraganto al escucharlo, tosio unos segundos antes de recomponerse. —No es necesario ese nivel de violencia.—
—Estabas llorando cuando me llamaste, claro que lo es.—
—No,spreen es un tonto per-
—¿Se llama Spreen?—
—Mierda— El chico se maldijo así mismo, cuando se ponía nervioso no era capaz de ocultar información.
—¿Dónde vive? voy a cometer un crimen de odio.—
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𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣
Fanfiction"¿𝑸𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒅𝒊𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒑𝒐𝒓 𝒂𝒍𝒄𝒂𝒏𝒛𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒂?" Spreen tenía una respuesta clara a aquella pregunta tan complicada, el híbrido de oso estaba dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para lograrlo. C...