31. Pequeña confusión.
Su cuerpo se congeló al escuchar la pregunta, intentó hablar pero parecía que su lengua se habia enredado consigmisma impidiendoselo.
Mierda, mierda, mierda.
¿Hace cuanto tiempo no tartamudeaba?
¿Cuándo antes su padre le preguntaba sobre su trabajo? De todo los temas con que molestarle ¿¡en serio ese?! ¿Justo ahora, es encerio?
—¿Revista?— Juan pregunto confundido.
El rostro del azabache palideceo, debía actuar normal o sí no sería descubierto y todo su trabajo se derrumbaria, después inventaria otra mentira más que se agregaria a la larga lista que ya tenía.
—Oh... La revista, si, está bien.— Spreen habló sin mucho interés, esperaba que su padre desviara el tema pero sabía que sería imposible. Esto terminaría mal.
—¿Qué revista?— Juan volvió a hablar, miró a sus costados buscando una respuesta pero todos en la mesa lo ignoraban, su enojo se hizo notable, ¿por qué nadie le contestaba? —¿Spreen...?—
Spreen lo miró seriamente, sus ojos estaban sin brillo y no reflejaban ninguna pisca de los nervios que sentía en ese momento. —Luego te cuento.—
Juan apretó los labios con frustración pero igualmente resignado, no sabía lo que pasaba ¿spreen no trabajaba en una polleria? ¿por qué spreen le oculto que hacía una revista...?
Una corazonada se formo en su interior.
—¿Al parecer tu amiguito no sabia de que trabajabas? ¿Tenés vergüenza de que se entere?— Eduardo hablo con burla, el y su esposa habian notado la tensión que se había formado entre los dos jóvenes.
Spreen apretó su cubierto fuertemente, intentaba controlarse y no decir algo demás que empeorada o expusiera su situación ante el hechicero.
—No tengo vergüenza, solo que aún no encontraba el momento.—
Mintio descaradamente, ahora no podía hacer mucho más que mentir, lo bueno para el es que no importaba que tan tonto y sin sentido fuera lo que dijera su rostro no reflejaba indicio de dudas o nervios haciéndolo creíble.
—¿No encontrabas?— La atención de eduardo se dirigió al hechicero que estaba observando en silencio la situación. —¿Hace cuanto tiempo conocés a Spreen?—
Juan al notar las miradas sobre el se puso nervioso, toda la situación era tan tensa y extraña. —Nosotros...Hace más de un mes que hablamos.—
La mamá parpadeo un par de veces sorprendida y miró a spreen con curiosidad. —¿Tampoco tiempo? Ahora tené sentido que no le contarás.—
—¿Eso le parece poco tiempo?— Juan hablo aún confundido.
—Si, mi spreen es muy reservado, el cuenta cosas tan importantes como esas a su tiempo.—
Spreen miró confundido a su madre, ella era mucho más cercana a él que su padre, ella sabía que él le decía a todos con orgullo que tenía su propia revista porque era algo que había luchado tanto por lograr que no quería ocultarlo, no importaba si lo conocían ese mismo día, el contaba ese detalle sin dudar.
Luego de un par de unos cortos segundos logró entender, una leve sonrisa se formó en su rostro, su madre lo estaba ayudando.
Juan por su lado estaba fastidiado, para el un mes era mucho tiempo, un simple "tengo una revista" era algo sencillo de decir para el, ¿por qué spreen le mintio desde el principio?
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𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣
Fanfic"¿𝑸𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒅𝒊𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒑𝒐𝒓 𝒂𝒍𝒄𝒂𝒏𝒛𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒂?" Spreen tenía una respuesta clara a aquella pregunta tan complicada, el híbrido de oso estaba dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para lograrlo. C...