46.

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46. Explotar.

—Mi cabeza duele tanto...—

Rubius se quejaba en voz alta mientras se sobaba los cienes, estaba enrollado entre algunas colchas en el sofa, había dormido ahí toda la noche anterior porque no quiso ir a la habitación principal por el estado en el que se encontraba, aún borracho sabía que tenía que mantener una distancia preventiva con su ex pareja pues no pensaba con claridad, no quería cometer alguna tontería de nuevo por tener el alcohol en el cerebro.

—¿Qué esperabas?— Hablo con desagrado mientras acomodaba el desayuno de su invitado en la mesa —Ayer tomaste cómo si fueras de nuevo un universitario pendejo.—

—No hables tan fuerte...— se quejo con pesadez, una sonrisa desdichada se formó en su rostro —Ya no tengo la misma resistencia de antes, estoy viejoooo—

—Sí.—

—Eres un capullo— lo miró ofendido —Debías decir; "Que va rubius, eres tan joven y jodidamente hermoso, aún tienes mucha vida, toma todo lo que quieras"—

No pudo evitar reír ante las palabras de su amigo, pero intento no dejar ir ese semblante de autoridad que había ganado recientemente —Como digas, siéntate a comer o te vas a morir.—

Rubius se levantó lentamente y se sentó en su lugar de la mesa, tomó casi de inmediato todo el jugo que le había preparado.

Comenzó a comer como si su estómago estuviera muriendo de hambre, él lo observó unos segundos para luego dirigirse al sofá y comenzar a ordenar el desorden que ahí había.

—Ey juanito.— rubius habló sin moverse de su lugar.

—Mande.—

—¿Que hice ayer?— habló con curiosidad, solo tenía vagos recuerdos de la noche anterior y no sabía si eran recuerdos falsos puestos por su mente embriagada —¿Cause problemas?—

Terminó de doblar las colchas en silencio, durante todo ese tiempo rubí le —casi— prohibió hablar del argentino así que lo más sensato sería no mencionarlo, aunque en su interior quería desahogarse con alguien y contarle todo lo que pasó, rubius —como se había dado cuenta durante todo esos días— no era la persona más empatica y adecuada para eso.

—Solo el de actuar como un idiota— necesariamente no mintio en ese detalle —Pero no hiciste nada grave, no te preocupes.—

—Gracias a los dioses.— suspiro aliviado mientras volvía a comer un poco más tranquilo ahora, pero aún tenía una duda, trago lo que tenía en la boca rápidamente antes de preguntar —¿Qué hiciste tú ayer? ¿Te distrajiste?—

—Fue una noche...— apreto con fuerza las mantas dobladas que sostenía —Extraña. Pero estuvo bien supongo, inesperado, pero bien.—

No pudo evitar que una sonrisa se formará en su rostro, mordio su labio un poco fuerte al darse cuenta de su expresión, no podía evitar estar un poco emocionado.

Ya había pasado un día, ya había pensado un poco y había recapacitado con la almohada, todo lo de ayer ya no parecía un desastre y sorprendentemente vio un pequeño lado positivo.

"Te extrañe"

Quizá, tan solo quizá, ante todo pronóstico y lógica, tal vez spreen si lo extrañaba, su corazón latía tontamente feliz ante la idea, quería estar enojado pero le era difícil, ni siquiera sabía lo que sentía ahora.

—Porque siento que me perdí de algo importante...— rubios hablo rompiendo el silencio mientras lo miraba con los ojos entrecerrados, lo estaba analizando.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora