𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣

35

35. Necesito estar solo.

Era un clima lluvioso, después de todo Juan desde que aprendió magia pudo conbinar sus emociones con el clima, ve el clima y sabrás cómo si siente el hechicero.

Ahora el hechicero estaba acostado boca arriba en su cómoda cama, observaba el techo confundido, buscaba formas o irregularidades en este para mantener su mente ocupada en cualquier cosa menos en lo que había pasado aquella noche, pero no funcionaba.

De tan solo recordar vagamente esa conversación, de tan solo recordar los muchos "lo siento, lo siento" que decía spreen mientras sus ojos se inundaban de lágrimas, le rompia el corazón.

Su corazón dolía fuertemente, sentía que verdaderamente algo dentro suyo se estaba quebrando.

Sus ojos estaban rojos e hinchados, las lágrimas finalmente habían dejado de salir, estuvo llorando por ¿una, dos, tres horas quizás? No lo sabía con exactitud, no es algo que le gustara contar.

"Tenía que buscar información."

Spreen no podía haberlo usado, ¿no?

"Y-Yo... Me acerque a vos por esa razón..."

Spreen no era alguien tan cruel, ¿no?

Un nudo se formó en su garganta, quería llorar de nuevo pero sus ojos se habían quedado sin lágrimas.

¿Por qué?
¿Había hecho algo malo?

¿Por qué ahora que creía haber encontrado a una persona que amaba con todo el alma? ¿Por qué todos lo utilizaban?

¿De verdad se merecía esto?
¿Qué había hecho para merecer esto?

Tenía tantas preguntas, tantas dudas y miedos ahora.

¿Todo lo que vivió con Spreen sólo fue una ilusión?
¿Todo lo que él creyó que Spreen sentía por él, era una actuación?

Todos esas citas y noches, bromas y risas, besos y abrazos, coquetos y halagos, ¿solo eran unas grandes mentiras?

¿Por qué ilusionar a alguien de tal manera?
¿Qué tan codicioso puedes llegar a ser para pisotear y jugar con el corazón de alguien si era conveniente?

¿Era necesario enamorarlo?
¿Era siquiera necesario haberse vuelto cercano a él en primer lugar?

Necesitaba unos días, tal vez semanas, ni que hablar, necesitaba meses para pensar mejor, para intentar descubrír que hacer ahora, que hacer con su dolor, que hacer con sus ilusiones, que hacer con su amor.

Una risa salió de sus labios, la risa cada vez era más fuerte, ¿de que se reía? De sí mismo, se sentía tan tonto, se sentía tan patético, había caído por propia voluntad a la red de mentiras de spreen.

El único culpable era él por enamorarse de un idiota como spreen.

Un sonido de notificación sono, su risa paro abruptamente, sabía quien era, le había puesto un tono especial para reconocerlo, para estar atento a cada mensaje que le enviara.

No quería contestar, no iba contestar.

O eso creía.

Con fastidio sacó su teléfono de sus bolsillos, rápidamente entró al chat de spreen. Quería mandarlo a la verga, quería decirle cuanto lo odiaba, quería hacerlo sentir miserable, quería que sintiera una porción de como él se sentía.