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37. Estancamiento.

Un pequeño rayo de sol intentaba pasar por las grandes cortinas que impedían su entrada, la oscuridad del cuarto lo devoraria sin pensar si lograba entrar, polvo poco a poco comenzaban a acumularse, pero no importaba, nada importaba.

El chico de cabellos oscuros estaba echado en su cama mientras miraba su celular con dificultad, la luz de la pantalla lastimaba sus ojos, era un gran contraste, era la única luz en el cuarto.

Hace unos minutos estaba durmiendo pero los sonidos de mensajes llegando a su celular lo despertaron, intento ignorarlos como había hecho esos tres días, pero finalmente decidío responder y dar una pequeña señal de vida.

CARRECRAFT

>> Pelusa te extraña wacho.

Oh sí, pelusa, spreen había dejado a su querida gata en la casa de su amigo, sabía que no estaria bien esos días y lo menos que quería era, ahora también, lastimar a su hija felina.

Tomó la mejor decisión y el lo sabía, en ese estado no podía darle los cuidados necesarios, ni siquiera el mismo se estaba cuidando, todos esos días que se lo paso encerrado en su habitación no había comido nada más que no fueran unas galletas.

Tal vez era un tonto, descuidar su salud de tal manera lo era, pero simplemente no tenía ánimos de nada, se sentía terriblemente cansado y frustrado.

Odiaba como había terminado, pero todo eso era su culpa.

>> Estoy preocupado por vos.

Una sensación de culpa lo invadió, ¿estaba siendo inmaduro? ¿estaba exagerando? ¿por qué preocupaba a sus amigos de tal manera?

Estoy bien, solo necesito descansar. <<
Cuida que pelusa no se escape. <<

Mentir, él era alguien que lo hacía con constancia, mentía por no preocupar a los demás, mentía para evitar problemas, mentía por su propio beneficio, mentía para intentar ser alguien.

Mintio toda su vida, tal vez este era su karma, los dioses le enseñaban una lección, lo estaba castigando por ser tan egoísta y cobarde.

Se lo merecía.

>> Dale.
>> ¿No querés que vayamos a visitarte?
>> Para animarte :D

No merecía que lo consolaran.

Nah, estoy bien. <<

Después de enviar ese mensaje apago nuevamente su celular, sus ojos se tardaron unos cortos segundos en acostumbrarse nuevamente a la oscuridad del cuarto.

Cerro nuevamente los ojos, dormiría un poco más aunque eso era lo único que hacía esos días.

(...)

—¿Spreen, hijo, ves esas piedras de acá?—

Un señor de cabellos negros llevaba cuidadosamente de la mano a su pequeño hijo, con su brazo libre señaló las pierdas frente suyo.

El pequeño niño de cabellos del mismo color asintió varias veces ante la pregunta de su padre, muy pocas veces salían a pasear y no podía estar extremadamente emocionado.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora