33. Buen día.
Juan disfrutaba de su helado, era de fresa, lamia el postre emocionado como si fuera el mayor manjar del mundo, spreen no lo podía culpar, cuando el hechicero vio esa tienda de helados insistío mucho en que le comprara uno y el cedió, la comida que preparaba su madre era simple y sin mucho sabor, era entendible que Juan este deseoso de algo dulce.
Los dos caminaban de regreso a la casa, estaban tomados de la mano, el sol se estaba ocultando, el tiempo pasaba volando cuando estaban juntos.
—Speren, ¿quieres helado?—
Spreen negó con la cabeza. —No, están todas tus babas.—
—No dices eso cuando te como la boca.— Juan se defendió ofendido, al ver el rostro enrojecido de su spreen río a carcajadas.
—Cállate dos meses.— Spreen habló fastidiado, se detuvo de caminar cuando vio afuera de su casa, pudo ver alguien esperándolos en la puerta, era su mamá.
¿Qué hacía ella ahí? ¿Los estaba esperando?
Su mamá era demasiado solitaria y retraída, no le gustaba salir por el miedo que sentía al exterior y lo nerviosa que se ponía, cruzar la puerta ya era suficiente reto, así que era extraño que estuviera afuera.
Juan agudizó un poco su vista intentando ver la razón por la que se detuvo el azabache, ahí la vio también, Rosa estaba con el ceño fruncido.
—Tu mamá no espera, que linda.— Juan comentó un poco asustado, por precaucion soltó la mano de spreen, no quería que el chico se metiera en más problemas por su culpa.
—Alto quilombo.— Spreen habló un poco fastidiado, se volvía a sentir como un adolescente controlado por sus padres. —Vamos.—
Los dos chicos se acercaron a la señora que los esperaba con el ceño fruncido y los brazos cruzados, sus ojos reflejaban desagrado, miró al hechicero con asco.
—¿No se pueden aguantar?— La mamá habló con notario enojo.
—¿Aguantar que?—
El rostro de la madre enrojecio, los miró de arriba abajo, algo incomoda y desilusionada. —D-De hacer eso. Con sus cosas de... Ya sabes vos.—
—¿Gays?— Juan hablo aguntandose la risa, rosa parecía querer votarlo a patadas de ahí, el hechicero no entendía como aún había gente que le incomodaba hablar de temas tan normales como esos, aparte no es que los hubieran visto cogiendo, solo se dieron la mano.
—¿C-Cómo dices eso a la ligera? ¿No tenés vergüenza?—
Juan iba a hablar, amablemente le iba demostrar que la homosexualidad no era ningún tema de vergüenza o de tabú, simplemente era un sexualidad, solo era amar a una persona del mismo género, y que no había necesidad de hacerse más problemas de los que había, pero spreen habló primero.
—Tranquila ma, estas exagerando un poquito.—
—Un poquito.— La madre rodo los ojos con fastidio, regresó su mirada amenazante a los chicos. —No hagan esas cosas frente a Eduardo.—
"Eso esta más que claro."
Pensaron los dos jóvenes.
(...)
Spreen buscaba en los armarios, ahí había ropa bastante antigua y definitivamente ya no eran de su talla, ya se había resignado a dormir con la ropa que tenía puesta pero ahora estaba buscando alguna pijama para el hechicero.
Juan estaba sentado en la cama, miraba y analizaba desde el comodo colchón todo el cuarto, no había posters, no había juguetes, no había colores fuertes, no había nado representativo o único que sin dudar pondria cualquier adolescente en su habitación.
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𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣
Fanfiction"¿𝑸𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒅𝒊𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒑𝒐𝒓 𝒂𝒍𝒄𝒂𝒏𝒛𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒂?" Spreen tenía una respuesta clara a aquella pregunta tan complicada, el híbrido de oso estaba dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para lograrlo. C...