𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣

42.

42. Dos ebrios.

Se miró en el espejo durante unos segundos, llevaba puesto una camiseta blanca de doble manga, también llevaba unos pantalones negros anchos con grandes bolsillo, en realidad no sabía como se llamaban, una vez los vio en una tienda y simplemente los compró porque le gustaron.

Un par de cadenas de plata algo grandes adornaban su cuello haciendo contraste ante la pulcra camiseta de un solo color que traía, también tenía puesto unos guantes sin dedos de color negro.

Observó su reflejo aún dudoso de su selección de ropa, no es que no le gustara como se veía, pero sentía que le faltaba algo, se acercó a un cajón de su mesa de noche donde guardaba diferentes accesorios y sacó unos lentes negros, solo para agregar un poco más de estilo se los puso.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, no se veía para nada mal.

El celular en su bolsillo vibró indicando que un nuevo mensaje había llegado, sin esperar más lo leyó.

TOMATE ALIEN

>> Te estoy esperando abajo,
hoy nos descontrolamos >:)

Río al leer el mensaje y notar lo entusiasmado que estaba su amigo por salir nuevamente con él a algún lado, no se veían hace meses, era entendible que ollie quisiera divertirse un rato a su lado.

Y aunque antes no estaba totalmente seguro de dar un paso fuera de su casa para pasar toda la noche bebiendo y bailando, decidió tomar un poco de valor y divertirse.

Tal vez esto lo ayudaría a distraerse, tal vez eso ocuparía lo suficiente su mente para no volver a pensar en todo los errores que cometió cuando estuvo junto al hechicero.

Ya se había lamentado mucho, ya había llorando todo lo que quiso y se deprimió todo lo que puedo; no podía estar siempre así, aunque le doliera y sintiera que aún no estaba listo, debía continuar con su vida.

Dio una última revisión a su casa, se aseguró de que todas las ventanas estuvieran cerradas y finalmente salió.

Esto era importante, aquí comenzaría a intentar recomponer su vida, finalmente aprendería de sus errores, volvería a trabajar como antes y borraría de su computadora ese estúpido boceto de revista que tenía, luego iría a recoger a pelusa y pasar todo el día con ella para recuperar el tiempo perdido.

Ya no lloraría todas las noches pensando en el chico de cabellos marrones, sabía que sus sentimientos no eran algo que cambiará de la noche a la mañana y ni siquiera estaba seguro de querer que cambiaran, pero esto podría ser su primer paso, un paso para salir del profundo agujero en donde había caído.

Una sonrisa se formó en su rostro, todo saldría bien, se divirtiera como nunca y bailaria con cualquiera que lo invitará a hacerlo.

Todo saldría bien.

(...)

Todo salió mal.

-Ollie dejame pelotudo.- en un momento de la noche, no supo cuando pero se le cayeron los lentes y ya no los pudo encontrar, sus ojos ahora eran presas de las mareantes luces de colores.

Se quejaba mientras se sobaba la cabeza con dolor, la fuerte música y el no saber cuantos tragos había tomado no ayudaban.

-Vos mismo me invitás acá ¿y ahora querés que me valla?-

-¡Te invité para que te divirtieras!- ollie habló frustrado y le quito el vaso de bebida que estaba a su lado en la barra -¡No para que te emborraches y pidas canciones de desamor!-