─ Definitivamente, eres un homófobo de mierda ─afirmó Minho.
Habían pasado varios días desde lo sucedido, y Hyunjin había sucumbido. Tenía remordimientos las veinticuatro horas, necesitaba escuchar una segunda opinión.
─ Qué ibas a decir, si eres la marica alfa de aquí ─reprochó Hyunjin.
─ ¿Entonces para qué me preguntas?
─ No sé, para ver qué opinas.
─ Opino que has tratado fatal a Jeongin. Te mereces estar solo, por reprimido.
Minho ya conocía lo sucedido. Jisung se lo había contado nada más recibir las noticias de Jeongin. Junto a Félix, habían intentado animar al pequeño, pero parecía estar más afectado de lo que dejaba ver. Por ello, Minho le prometió que hablaría con Hyunjin si se presentaba la ocasión.
─ Oye, si me odias solo tienes que decirlo ─se quejó el rubio.
─ Te odio.
─ ¡No me refería a que lo dijeses literalmente!
─ Pues aclárate, parece que tienes las neuronas quemadas por el decolorante.
─ Qué dices, soy rubio natural.
─ Rubio con raíces negras.
─ Negra tienes tú el alma, Lee Minho.
─ ¿No decías que los homosexuales no teníamos alma?
Hyunjin soltó un gruñido. Minho siempre le dejaba sin palabras, era demasiado perspicaz y ocurrente. Aún se cuestionaba si haber acudido a él había sido una buena idea.
─ Vale, ya quedó claro que soy un idiota.
─ Al fin.
─ Basta, esto es serio ─se llevó las manos a la cabeza. Conversar con el castaño era imposible─. ¿Me dices ya qué puedo hacer?
─ Disculparte con Jeongin ─respondió sin pensarlo dos veces.
─ Eso es obvio, ¿qué más?
─ Decirle que eres un hipócrita por pensar que ser gay es de enfermos cuando trabajas aquí.
─ ¿Y?
─ Y no llorar cuando te mande a la mierda.
Hyunjin suspiró. Sabía que Jeongin estaría enfadado por lo sucedido, y no esperaba que le perdonase. Los días que había pasado en soledad le habían servido para reflexionar acerca de esa conversación que se repetía en su mente una y otra vez, como si de un disco rayado se tratase.
Todavía en 1969, la sociedad dictaba que cualquier pareja que no estuviese conformada por un hombre y una mujer debía ser condenada, pues era producto del diablo y fruto del pecado. Y él, quien había crecido en el seno de una familia puritana, absorbió esos anticuados valores como una esponja. Por ese motivo, terminó odiándose a sí mismo desde una temprana edad.
Sin embargo, un chiquillo de ojitos rasgados y sonrisa contagiosa era la persona más bondadosa del mundo, a pesar de estar enamorado de otro hombre. Era imposible que un ser tan perfecto fuese condenado al infierno.
Aquella información era contradictoria en la cerrada mente de Hyunjin, por lo que no supo cómo sobrellevar sus sentimientos por el menor. Abrumado por tanta información, se obligó a sí mismo a separarse de él. Al principio creyó que esa había sido la mejor decisión, pero su enamoramiento no sanó.
Cada día era más difícil vivir sin el pequeño paraíso que Jeongin le brindaba en bandeja de plata con su mera existencia. Debía actuar, pedir ayuda para ampliar sus horizontes y dejar de rechazar su verdadera sexualidad. Porque amar a Jeongin no podía estar prohibido.
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La Belle Époque || Taste (+18) || Minsung|HanKnow
Fanfiction1969. París, Francia. Dos chicos se ganan la vida bailando y vendiendo sus cuerpos en el más famoso cabaret de un tétrico barrio de París. Ambos famosos por sus rasgos orientales en una Europa aún afectada por la guerra, compiten por ser el más po...