Capitulo Nº42

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Nicole Russell.

Soy la primera en despertarme por lo cual lo puedo observar como aun duerme, miro el reloj que tengo aun lado mío y observo que son las seis y cinco de la mañana, mamá ya mismo se levanta así que procuro levantarme sin despertarlo.

Busque una toalla limpia entre mis cajones, y también tome bragas y un brazier y camine hacia la puerta para irme al baño.

Tome la ducha lo más rápido posible y al salir del baño envuelta en mi toalla miro a mamá quien iba a tocar mi puerta.

—Buenos días mamá. —menciono y ella me regresa a ver.

—Tan de mañana, espero que hoy haga sol. —yo le sonrió y ella camina hacia a mí. —te are el desayuno, ¿hablo tu padre contigo?

—Sí, ya me dijo sobre la supuesta cena con Aidan.

—¿Iras?

—Sí, creo que le deje muy claro que iré y también llevare a Christopher. —lo último lo dije en un susurro que solamente mi madre y yo escuchamos.

—Qué bueno mi amor, con razón ayer tu padre estaba que lanzaba fuego por los ojos. —sonrió. —tiene que darse la idea que ya eres una señorita y no un maniquí que puede controlar a su antojo.

—Exacto mamá.

—Bueno ve a cambiarte y baja a desayunar.

—Está bien.

Ella da un suspiro leve y camino hacia las gradas.

Entre a mi habitación y coloque el seguro, regreso a ver a Christopher quien seguía dormido.

Tome ropa de mi closet y coloque un poco de música en volumen muy bajo por si se le ocurría hablar.

Estoy colocándome una blusa y escucho una tos falsa.

Lo miro por el reflejo del espejo y lo miro que apoya sus codos sobre el colchón y está inclinado mirándome. —Buenos días nena. —dice mientras con una mano refriega sus ojos. —¿A qué hora te levantas?

—A las seis, conozco a mi madre, si no me levantaba a esa hora tal vez ella hubiera entrado acá y son tocar la puerta.

—Entiendo. —dice. —estas guapa. —le sonrió por medio del espejo y doy un giro para verle.

—Tal vez mi padre salga, y mi padre de igual forma, cuando te asegures que estas solo, toma un baño y desayuna y por favor no muevas nada de la casa, tal vez se den cuenta. —el entre cierra los ojos y asiente.

—¿Iras a clases?

—Sí, hoy es viernes así que tal vez mañana hagamos algo a fuera de estas cuatro paredes.

El teléfono de Christopher vibra y él lo toma se pone de pie y camina hacia la ventana.

—Nena, me haces un favor. —yo asiento. —Luciano está en la esquina tal vez puedas verlo, te dará algo de dinero y ropa limpia.

Camino hacia la ventana y pongo a un lado la cortina que me impide ver y si, ahí estaba Luciano.

—¿Trabaja para tu padre? —pregunto inquieta.

—No, cuando supo que me quede sin mis propiedades el renuncio de inmediato.

—Puedo decir que Luciano es un empleado leal.

—Lo sé.

Me acerco a él y el me abraza.

—Te han dicho que roncas cuando duermes —me dice.

Mis mejillas toman un color rojo y siento su mirada encima de mí.

—Basta. —él se ríe, y besa mi frente.

—Te amo preciosa. —mis ojos chocan con los de él y una sonrisa se forma en ambos.

Procura no hacer tanta bulla. —el asiente, estoy por caminar, pero él me detiene y jala de mi brazo y me enrolla hacia él.

—No me darás un beso de buenos días. —ronronea.

Relamo mis labios y lo beso.

Estando en una burbuja de amor ambos, tocan la puerta y mi corazón empieza acelerarse.

—¡Voy! —grito.

El camina breve hacia el closet y se encierra.

Doy un suspiro y camino hacia la puerta.

—El desayuno está listo...y hay alguien buscándote.

—Ah ok, dame un momento y bajo. —mi madre hermosa asiente y da un giro en su propio eje y la miro bajar las gradas.

Cierro la puerta y doy un giro para caminar hacia el closet y abro la puerta.

—Luciano tal vez este acá dentro, espero que no hay metido la pata.

—Tranquila preciosa, Luciano es la persona muy segura. —yo asiento y él toma de mi quijada para dar un beso en mis labios. —ve, preciosa. Te espero acá.

....

Bajo la escalera que daban a la sala y miro a Luciano quien observa las fotos que llevan guindadas en la pared de la sala.

—Hola. —menciono.

El regresa a verme y me da una sonrisa calidad.

—Buen día señorita Nicole. —yo sonrió y extiendo mi mano para saludarlo.

El hace el mismo gesto y miro que tiene una maleta en su mano.

—Tenga, esto es para usted.

—Gracias. —tomo las cosas en mi mano y le hago una seña a que me espere.

—Tal vez querrá que la lleve al instituto, voy a ver a mi esposa y queda cerca donde usted estudia.

—Genial, deme un momento. —cuando estoy por subir las gradas mi padre baja y mira a Luciano quien lo observa muy sorprendido.

—¿Luciano? ¿Que hace acá?

—señor Russell, que gusto verlo. —mi padre extiende la mano y lo saluda. —vine a entregarle una cosita a Nicole, espero que no le incomode.

—Para nada, pero de cuando se llevas con mi hija.

—Por mi esposa, son amigas.

—Oh, recuerdo, que bueno saberlo. —mi padre me da una mirada, de esas que debo darle una explicación, así que solamente volví a subir las gradas y encaminé hacia mi habitación.

Christopher sale del closet y le entrego la maleta que Luciano me entrego.

—¿Luciano tiene esposa?

—Si, ¿porque?

—Mi padre bajo hacia la sala, así que lo reconoció, Luciano menciono que éramos amigas con su esposa.

—Su esposa tiene 24 años y trabaja en una boutique que Luciano le coloco.

—Qué bueno saberlo, bueno me voy, Luciano me llevara al instituto. Procura no hacer bulla y trata estar en el closet, tal vez hoy converse con mi madre, me da un terror que te encuentre acá y piensen cosas que no son. —Christopher figura una sonrisa y toma de mi cintura con su mano y me atrae a su cuerpo.

—Tranquila hermosa. No hare nada que te perjudique ¿sí? —yo asiento y el besa mis labios.

No quiero separe de sus labios, pero debo hacerlo, me separo de él y el solamente forma un mohín, doy un último beso y salgo de la habitación.

Anhelo que mi madre me apoye en esto, y si no lo hace, tal vez consiga trabajo de medio tiempo y pueda ayudar a Christopher a salir de esta tormenta que esta por venir.


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