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Yedam tomó unos papeles más de su montón y los juntó con un clip antes de suspirar. Dio unos clicks en su laptop y cerró los ojos agotado.

Había decidido comenzar a ayudar con tutorías privadas a su sobrino, que estaba aún en la escuela de enfermería, y se le unió el mejor amigo y dos compañeros más así que tenía que organizar todos sus apuntes de la universidad con tal de duplicarlos y entregárselos a ellos en cada clase para explicar. Iba cada cierto tiempo a la cafetería más cercana de su casa a hacer ese tipo de tareas, y ya lo conocían como el enfermero estudioso, ya que iba con uniforme muchas veces debido al poco tiempo que le dejaba el trabajo. No se quejaba porque le pagaban bien, pero le agotaba hasta cierto punto repetir tantas veces lo mismo.

Casi deja caer su cabeza pero la levantó al notar que se estaba quedando dormido, y suspiró profundamente mirando la fecha. Le costaba procesar que era tres de diciembre, y que el cuatro debía hacer la tutoría más pesada de su vida debido al examen final que tenían los chicos. Encima debía comenzar a comprar regalos de navidad y detestaba andar adivinando lo que a la gente a su alrededor le gustaría recibir. Se llevó ambas manos al rostro y se quejó en un leve gimoteo estirando su piel por cansancio.

— Hey. —Dijo una voz de pronto sentándose en la silla de al lado.

— Dios... —Saltó antes de mirar, quedando en silencio al notar la presencia de Yoshi a su lado.

No sabía qué decirle, ni tampoco entendía cómo lo había encontrado ahí si quedaba bastante lejos de su casa.

— ¿Qué haces? —Preguntó Yoshi tranquilamente.

Yedam parpadeó un par de veces aún en su burbuja, y luego reaccionó para mirar lo que él mismo hacía.

— Uhh... reúno apuntes de la universidad. —Respondió dejando los papeles que tenía en la mano a un lado.

Yoshi sólo sonrió, y Yedam intentó seguir con su trabajo. Luego de unos segundos decidió preguntarle por qué había venido, ya que la ansiedad de saber se lo estaba comiendo rápidamente.

— Uuuh... ¿Necesitas algo en específico? —Preguntó tímidamente.

— Bueno... de hecho sí. —Respondió acomodándose en dirección a él.

Yedam miró sus papeles y tranquilo y copió sus acciones algo asustado, porque se sentía bastante incómodo y culpable.

— Sólo quiero hablar contigo, ¿Cuándo estás desocupado? ¿Puedes venir a casa? —Preguntó tranquilamente.

Yedam pensó unos segundos las dos repentinas preguntas y procesó antes de responder.

— Ahmmm... —Murmuró mirando su laptop. — Supongo que ahora, acabo de terminar lo último que debía recopilar. — Respondió algo incómodo.

Yoshi sonrió.

— Bien, te espero. Será corto. —Dijo tranquilo.

Yedam asintió y comenzó a guardar sus cosas tranquilamente. Llegar a su casa fue extraño, pero a la vez le ponía muy nervioso lo forzado que estaría a fingir emociones si es que Yoshi quería solucionar todo en lugar de encontrarle un fin o acuerdo.

Yoshi cerró la puerta tras él y se quitó los zapatos mientras Yedam copiaba sus acciones tímidamente. Lo siguió a su habitación y Yoshi se sentó a los pies de su cama invitándolo sin palabras a sentarse también.

Hubo un silencio extraño, y Yoshi miró por la ventana unos instantes.

— Y... ¿Qué querías decirme? —Preguntó Yedam ansioso, pero con una voz amable y tímida.

wrong road - yoshidamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora