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Yedam estaba en la computadora, cambiando algunas fichas y ordenando reportes de algunos doctores. Ya estaba por terminar su turno, le quedaban sólo diez minutos.

— Hey sunbae. —Saludó Misun de pronto sentándose en la silla de al lado.

— Hey Misun-ah. —Respondió Yedam sin quitar la mirada de la pantalla.

Ella comenzó a trabajar también. Entre su trabajo y cosas que hacer normales, Yedam encontró un error mental en la rutina en la que guardaba los archivos y las fichas de pacientes con sus respectivos historiales médicos.

— Misun-ah... —Murmuró Yedam entrecerrando los ojos.

Ella le dirigió la atención tranquilamente.

— ¿Cómo se anclaría el archivo que va primero en la lista si está en el zip del grupo tres en lugar de dos? En el programa del otro hospital era más fácil... —Se quejó con un puchero.

Ella rió unos instantes.

— Sunbae, estás en la carpeta equivocada. Cuando terminas con una ficha, antes entras a esta otra carpeta y la ingresas para de abrir otra, o se acumularán en un zip infinito. —Explicó moviendo su mouse.

Yedam sonrió algo avergonzado de él mismo.

— ¿De verdad era sólo eso?

Ella asintió mientras reía otra vez.

— Hey. —Dijo una voz amigable.

Yedam levantó la mirada. Yoshi estaba apoyado tiernamente sobre sus brazos cruzados, sobre la mesa de la recepción.

— Hey hyung. —Saludó Yedam, mientras Misun se ponía de pie para hacer una reverencia por costumbre.

Yoshi le sonrió como respuesta y luego miró a Yedam otra vez.

— ¿Vamos? —Preguntó tranquilamente.

Yedam agachó la mirada a la pantalla otra vez.

— Mmmh... me quedan ocho minutos aún. —Respondió mirando el reloj.

— Sunbae, yo te cubro esos ocho, eres libre si quieres. —Dijo Misun amablemente.

Yedam le sonrió y se levantó.

— Gracias, eres la mejor. —Dijo antes de levantarse.

Prefería arreglarse después, porque Yoshi tenía los minutos contados, básicamente. Juntos fueron a la cafetería del primer piso, que era lo más accesible para un café.

— Te noto algo triste, ¿Estás bien? —Preguntó Yoshi una vez que se sentaron frente a frente en una alta mesa.

— Uh... estoy bien, creo. —Respondió asintiendo tranquilamente.

— ¿Cómo te has adaptado al cambio? —Preguntó entonces apoyando su cabeza en su mano para entregarle su atención.

Yedam agachó la mirada.

— Mmmmh... bueno, estaba más acostumbrado a pacientes mucho más pequeños, pero no tengo mucho que hacer al respecto.

Yoshi rió suavemente, y Yedam le sonrió a su tierna sonrisa.

— Bueno... ya sabía que te gustaban más los niños pequeños, pero ya pronto te tocará alguno. ¿Cuántos pacientes tienes ahora?

— Son siete en total, y ninguno tiene menos de diez años. —Lamentó con la mirada en su café.

— Vaya... eso es muy mala suerte. —Rió tranquilamente.

Yedam suspiró.

— Bueno... ¿Y a ti, hyung? ¿Cómo te ha ido?

Yoshi le sonrió unos momentos antes de responder.

— Mmmh, siempre es igual. Tengo una cirugía mañana en la mañana. He dormido poco estos días porque tuvimos un caso muy raro de obstrucción abdominal y lo he tenido que estudiar mucho, pero dentro de lo que es mi campo de trabajo... estoy normal, podría estar mucho peor.

Yedam lo miró unos segundos.

— ¿Podrías estar peor? —Preguntó sorprendido.

Yoshi rió y asintió, mientras Yedam ampliaba su sonrisa al notar lo atractiva que era la suya.

— Hyung... —Murmuró entonces.

Yoshi esperó a que hablara dándole un sorbo a su caliente café.

— ¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí como cirujano pediátrico? —Preguntó tranquilo.

— Mmmh... —Pensó Yoshi unos momentos. — Probablemente unos tres o cuatro años.

Yedam asintió.

— ¿Y qué haces en tus vacaciones?

Yoshi sonrió al notar lo extraña que era esa pregunta para el contexto de la escena.

— Pues... trabajo. En realidad no puedo hacer mucho. Mi familia esta en Japón y los chicos rara vez tienen tiempo libre, así que prefiero continuar salvando vidas porque me gusta hacerlo. —Explicó agachando los hombros.

Yedam sonrió.

— Eres genial, hyung. —Murmuró.

Yoshi rió otra vez.

— Tú mantienes esas vidas a salvo, así que también eres importante.

Yedam asintió levemente.

— No creí llegar aquí... no entiendo bien haber quedado seleccionado si mi perfil no era tan atractivo... —Dijo mirando fijamente la mesa, como volviendo a cuestionarse ese problema.

Yoshi no respondió, sólo lo escuchaba atentamente.

— Hyung... —Murmuró levantando la mirada hasta él. — ¿No hiciste nada para que yo quedara aquí, verdad? ¿No hablaste con nadie, cierto?

Yoshi lo miró unos segundos, y luego agachó la cabeza.

— Mmmh... nah. —Respondió con una nerviosa sonrisa antes de beber un tanto de su café.

— Hyuuung... pensé que había sido por mi esfuerzo... —Hizo un puchero apenado.

— Yah, claro que fue por tu esfuerzo. El director de enfermería pediátrica fue mi compañero de universidad hasta que se cambió a enfermería, somos muy amigos. Le conté un día de pronto y... pues necesitaban personal en pediatría, no digas que no fuiste tú porque me siento culpable... —Lamentó girando su café entre sus manos.

— No hyung... no te sientas culpable, sólo... sólo pensé que tal vez podría... es que... no es tu culpa, realmente no lo es, sólo... no fue...

Yoshi iba ampliando su sonrisa cada vez que fallaba en el intento de explicar nerviosamente.

— Lo siento... no fue mi intención hacerte sentir culpable, sólo... sí. —Terminó apenado.

— Yedam-ah. Es mi culpa, claramente no tienes por qué pedir perdón. Pero yo quise asegurarme de que consiguieras un buen trabajo... y de que no me hicieras falta. —Intervino Yoshi tranquilamente.

Yedam frunció el ceño con una sonrisa, y una llamada comenzó a hacer vibrar el teléfono de Yoshi. Él atendió tranquilamente, pero su rostro cambió a uno preocupado al instante.

— ¿Hace cuánto? ¿Signos vitales? —Preguntó comenzando a correr.

Yedam lo siguió con la mirada, y luego miró el vaso de café que le pertenecía a Yoshi. Sabía que eventualmente pasaría eso, pero se le había pasado muy rápido en tiempo.

wrong road - yoshidamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora