- 23 -

26 5 1
                                        

— Me encanta ver cómo la gente viene a sentarse en el césped. —Dijo Misun con sus manos en sus bolsillos, contemplando la orilla de río Han.

— ¿Verdad? Y cómo vienen a hacer sus picnics o a conversar y pasar el rato. —Añadió Yedam sonriente.

Encontraron un espacio entre las personas y se sentaron junto a un agotado suspiro. El río estaba tranquilo así que no había tanto viento.

— ¿Te han llamado por tu cumpleaños? —Preguntó Yedam.

— Mmmh... anoche me llamaron más que hoy, pero he recibido más mensajes que llamadas. —Respondió tranquila.

Él asintió.

— ¿Oye y ya solucionaste el tema complicado con Yoshi oppa? —Preguntó de pronto con una amable sonrisa.

Yedam la miró unos momentos, y luego devolvió su atención al río.

— Rompimos. —Respondió tranquilo.

Misun se quedó en shock mirándolo fijamente. No entendía cómo de la nada había pasado algo tan importante sin que se hubiera enterado.

Fue un largo silencio, en que Yedam seguía contemplando el agua y Misun continuaba procesando la información recibida.

— Estoy bien, de hecho estoy mejor que nunca. Fue bueno y sano porque ya no me siento amarrado, y además no estamos enfadados así que sigo pudiendo contar con él. —Explicó dirigiéndole su mirada llena de calma.

Ella parpadeó reaccionando y tragó saliva girando su cuerpo hacia él.

— Y... ¿De verdad estás bien? —Preguntó preocupada.

Él sonrió.

— Claro que sí, ya te dije que estoy bien. —Respondió aún dirigiéndole su atención.

Ella se quedó mirándolo unos instantes más, sin saber qué decir exactamente. Yedam sonrió y ella frunció el ceño.

— ¿Por qué sonríes? —Preguntó confundida.

Yedam devolvió su mirada al río, y continuó contemplando su amplitud. Misun pensó unos minutos más qué decir, y en ese tiempo contempló el agua también.

— Bueno me alegra que te sientas mejor. Pero... ¿Era lo que querías exactamente? Digo... ¿Por qué terminaron en lugar de arreglarlo? —Preguntó abrazando sus piernas pacientemente.

Yedam sonrió y pensó unos momentos.

— Por ti. —Dijo aún mirando el río, que comenzaba a moverse un poco más con la brisa.

Misun se quedó mirando el césped perpleja, y luego lo miró a él sorprendida. Yedam sintió su mirada y se la devolvió tranquilo.

— ¿Yo? —Preguntó apuntando su pecho.

Yedam sonrió y asintió devolviendo su atención a la vista del paisaje. Misun pensó unos momentos más volviendo a procesar lo escuchado.

— ¿Q-q... Qué hice yo? —Preguntó asustada.

Yedam rió y giró su cuerpo hacia ella, comenzando a sentir la brisa desordenar un tanto su cabello. Fue un silencio agradable, pero a la vez muy intenso para Misun.

— Eres tú... sólo eso hiciste. —Dijo agachando los hombros.

Misun parpadeó aún sin entender el cien por ciento de lo que hablaba. Seguían conectando miradas entre el suave sonido del viento y las alejadas voces a su alrededor, pero no hubo palabras por largos segundos.

— Me gustas, Misun-ah. —Aclaró tranquilo, aún contemplándola en paz.

Misun se quedó en silencio, pero no cambió su expresión de muy leve confusión. Parecía que no estuviese sorprendida, pero a la vez se replanteaba toda la escena una y otra vez.

— Me gustas porque eres tú. Yoshi me dijo que me soltaría para que me enamorara y no dudara de eso... y eres la única persona de la que he estado completamente seguro de estar enamorado... así que sólo estaba tomando el camino equivocado y ya.

Misun sonrió levemente, algo avergonzada por sus dulces palabras.

— Se que tal vez tú me consideras un buen amigo y nada más, pero no puedo evitar sonreír ampliamente cada vez que te veo, ni sentir mariposas siempre que te acercas a mí. Eres muy especial para mí, y aunque no sea recíproco, prefiero decírtelo que guardármelo. —Añadió con los ojos achinados debido al sol que ya se escondía de apoco.

Misun amplió su sonrisa y apretó los labios, aún manteniendo el tranquilo silencio. Yedam sonrió también, y volvió a girar su cuerpo hacia el río, porque no veía necesario que Misun dijera algo. Ella aún pensaba qué decir exactamente, pero Yedam pensó que estaba sintiéndose algo incómoda así que decidió cambiar el tema y acercar su mochila.

— Bueno... ¿Quieres galletas? Traje en mi m...

— He soñado muchas veces con estar juntos... y creo que no ha sido estando dormida. —Interrumpió contemplando el río también.

Yedam detuvo sus acciones, y entonces levantó la mirada hasta ella sin creer sus palabras.

— ¿En... serio? —Preguntó en un tímido murmullo.

Ella sonrió y le dirigió la mirada.

— También me gustas, Yedam-ah. Y siempre me dio miedo que te dieras cuenta. —Rió cruzándose de piernas en dirección a él.

Yedam se quedó en shock con su mirada fija en sus ojos, y ella sólo miraba sus manos porque probablemente tenía galletas. Luego de unos segundos lo miró de vuelta al notar el silencio, y ambos sonrieron antes de reír tímidamente.

— ¿Quieres galletas? —Repitió sacando el paquete de su mochila sonriente.

Ella asintió entre risas y lo recibió mientras Yedam cerraba su mochila. Yedam suspiró y se sentó un tanto más cerca suyo, pero muy sigilosamente. Misun abrió las galletas y le ofreció a Yedam antes de sacar una ella.

— Me esperaba menos de este día, y creo que en un sólo minuto superó todas mis expectativas. —Dijo Misun antes de darle una mordida a la que tenía en su mano.

Yedam sonrió, y le dirigió la mirada para hablar con una galleta en la mano también. Ella lo miró masticando con una leve sonrisa, y entonces Yedam depósito un rápido y delicado beso sobre su mejilla antes de darle una mordida a su galleta.

Misun sonrió y le devolvió uno tiernamente.

Ahora eran una "pareja" (porque en realidad no lo eran) más sobre el césped, frente al río Han, y en un atardecer lento y acompañado de suave brisa. Era lo que menos esperaba Misun en su cumpleaños, pero era definitivamente el mejor regalo que podía haber recibido.

wrong road - yoshidamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora