ೋ• Esta noche •ೋ

474 57 3
                                    

Estaba sentado en su oficina hablando con Greco sobre la situación delicada en la que se encontraba la seguridad de su compañero, cuando escuchó que tocaban la puerta.

- Adelante - dijo, mientras se recostaba en su silla.

Eran 4 de sus guerreros más fuertes aparte de él y Greco. Tomaron asiento en los sillones que estaban en los laterales y esperaron a que siguiera hablando su jefe.


- ¿Estás seguro de lo que viste? - Le preguntó Greco con seriedad.

- Estoy seguro. El mal presentimiento y el olor nauseabundo que percibí en el pueblo me llevaron a Horacio, siendo atacado por un demonio. - Le respondió.

Por suerte no salió lastimado, pensó mientras posicionaba ambas manos debajo de la barbilla, mentiría si dijera que la situación no era preocupante.

Su Horacio estaba en peligro y debía encontrar la manera de mantenerlo a salvo en lo que ganaba su confianza y lo reclamaba.

- Por eso es que los convoque - dijo mientras veía a sus guerreros.

- El día de hoy en la madrugada, mientras hacía mi recorrido por el bosque, percibí un aroma nauseabundo, seguí el rastro y me encontré con mi compañero intentando luchar para zafarse del agarre de un demonio. Por suerte no me sintió por lo que, lo ataque y logre que soltara el agarre que tenía, no me fue difícil pero si era poderoso - mencionó mientras suspiraba.

- Volkov ¿Qué tan oscuro era el tono de piel del demonio? - preguntó su guerrero Julián, ex beta de la anterior manada que vivía en el Valle. Suspiró.


- Era negro en su totalidad, llegó a su mayor nivel de poder parece ser. Aunque parecía que estaba solo, comúnmente estos andan siempre en pareja o en grupo, pero este no tenía a nadie alrededor. ¿Crees que lo mandó Brown cómo venganza? - Dirigió su pregunta a Julián. Este se quedó unos segundos pensando en esa posibilidad.


- No creo que haya sido Brown, era un sanguinario sediento de poder pero no era estúpido. Además, este tenía un profundo odio hacia los demonios, nunca me contó la historia del porqué, pero los detestaba. - Le respondió a su Alfa.


- Respaldo lo que dijo Julián, Brown llegó a hacer tratos con otras especies, pero nunca con demonios - comentó Nikolai, ex omega.


- Muy bien, en lo que averiguamos que está pasando y porque un demonio persigue a mi compañero, necesito que lo protejan por favor. No puede pasarle nada y no deben ser vistos a menos que la situación lo requiera - les dijo con seriedad.

Todos hicieron un asentimiento con la cabeza y empezaron a salir de la habitación, cuando recordó - ¡Nikolai! - le llamó, haciendo que se detuviera en la puerta. Dio media vuelta y observó a Volkov.


- Mis hermanos vendrán hoy, podrías pasar a recogerlos al aeropuerto ¿Por favor? Ten - dijo mientras sacaba una pequeña fotografía de su billetera y se la ofrecía - Para identificarlos rápido y que regresen a salvo, te dejo una fotografía de ambos ya que aún no les conoces, se llaman Aleksandra y Alek -


- Si Alfa, está bien - dijo mientras caminaba hacia su escritorio, agarraba la fotografía y se retiraba cerrando la puerta tras de sí.

Bajando los escalones del segundo piso estaba cuando dio un pequeño vistazo a la foto, donde se veía una mujer rubia con un pequeño niño que le abrazaba las piernas, ambos sonriendo.

Nikolai se paralizó al observar la imagen de la que supuso era Aleksandra.

Terminó de bajar los escalones con el corazón acelerado y se dirigió a la salida trotando, necesitaba llegar al aeropuerto y confirmar lo que presentía.

Los ojos del Alfa [En revisión] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora