Capítulo 4. No todo es lo que parece

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El fin de semana llegó rápido y con malas noticias para Jennie. Como todos los días en la universidad, se había reunido con los chicos en los jardines. Estando en plena charla Sana se había acercado a Lisa y con su habitual tono sugerente, le propuso hacer planes en común.

Jennie solo vio la escena y rio. Las chicas con tan poca autoestima, como para rebajarse de tal forma, solo le provocaban eso: risa. Pero la sonrisa en su cara desapareció al instante al escuchar la propuesta.

- Sé que estás deseando entrar en ese local tan de moda, "Empire" - dijo Sana acariciando suavemente el cuello de Lisa - Y yo iré esta noche con mi primo ¿Quieres acompañarnos? - propuso animada.

- ¿Qué te hace pensar que a ustedes sí los dejarán entrar? - preguntó curiosa - He escuchado muy buenas criticas pero no dejan entrar a cualquiera. Al parecer tienes que tener un club de fans o algo así.

- Si fuese así tú entrarías - susurró Jennie divertida - Perdón - se apresuró a decir al notar que lo había dicho en voz alta - ¿No te has hartado ya de que te nieguen la entrada?

- ¡Esta noche no lo harán! - exclamó Sana - Mi primo hará que nos dejen entrar.

- ¿Y quién es tu primo para conseguir tal milagro? - se burló impasible Jennie.

- El novio de la relaciones públicas - respondió orgullosa Sana.

- ¿En serio? - preguntó sin dejar de reír.

- ¡Sí! Y ella es la que manda en ese lugar, no se hace nada sin que ella lo diga.

- ¿La conoces? - Jennie no aguantó las carcajadas.

- Aún no. Pero esta noche me la presentará mi primo Kai.

La diversión desapareció de la cara de Jennie, y se maldijo por haberse involucrado con ese hombre. No hacía más que meterla en líos. Aunque se tranquilizó poco después al percatarse de que más que un problema era un alivio. Si ese supuesto primo fuese otro no podría impedir que entrasen. Al menos, no sin descubrirse. Pero con Kai podía hacer lo que quisiese, y tenía claro que esa noche su querida prima Sana recibiría la negativa de su adorado familiar.

Jennie respiró hondo al tener la solución a su problema y se dispuso a llevar sus planes a cabo. Esa noche tenía que concentrarse casi por completo en Kai. De un modo o de otro, ese hombre era el centro de toda su atención. Y sino fuese porque estaba tan endiabladamente guapo, haría tiempo que habría desaparecido de su vista.

Los chicos siguieron haciendo planes, mientras que Jennie se alejó de ellos para desbaratarlos. Llamó a su queridísimo supuesto novio y con la voz más sensual que fue capaz de crear le susurró las órdenes necesarias para que su noche fuese tal y como ella quería.

- Hola guapo. Esta noche tengo algunas cosas muy importantes que... - se detuvo para soltar una risa que devastaría a cualquier hombre - tratar contigo. Ven solo. No quiero ninguna compañía que estorbe.

A lo que él contestó sin demora.

- Por supuesto. Allí estaré en cuanto abran.

La desesperación en sus palabras la irritaba más que la halagaba. Colgó con un claro gesto de desprecio y se preguntó ¿Qué habría visto en él? Después vino una imagen de él desnudo y se contestó ella misma con una sonrisa malévola. Había muchas cosas aprovechables en ese hombre. Aunque sin duda su cerebro no era una de ellas.

Aliviada de que sus planes fuese tal y como deseaba se acercó a los chicos. Sana estaba hablando por teléfono, y no parecía contenta. Al parecer su primo no había tardado en contentarla, llamando a la compañía que sobraba esa noche para dejar claro que iría solo. Le encantaba que los planes saliesen bien.

Amigas Desconocidas || ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora