Jennie había tenido la semana más dura de toda su vida. Pero por suerte ya había terminado. Entre el nuevo trabajo, la mudanza y la fiesta que había decidido dar para reconquistar a sus antiguos clientes, estaba agotada. El único bálsamo fue Lisa la noche anterior. Se había reído tanto que aún le dolían las costillas. Jisoo le tuvo que ayudar a organizar la fiesta ya que ella no podía sola, debido al nuevo trabajo.
Todo estaba listo y salía a la perfección. Rosé no se alejaba de ella porque decía que estaba demasiado guapa para alejarse más de un metro. Aunque a ella le parecía que no se alejaba más de un centímetro. Y no sabía por qué eso le preocupaba si un día antes era lo que más quería.
La mañana antes le había comentado a Jisoo la frustración que sentía por no haber intimado aún con Rosé debido al exceso de trabajo de ambos.
- Solo llevan una semana ¡No te impacientes! - le había aconsejado su amiga.
Pero esa noche no solo no se impacientaba sino que no tenía el menor interés de que pasase nada. Y no sabía por qué. Estaba guapísima y tan encantadora como siempre. No era Rosé. Había algo que fallaba en ella ¿Qué más daba? No le apetecía y punto, ya pasaría cuando tuviese que pasar.
Jennie charlaba con su novia mientras vigilaba la fiesta. Recorrió con la mirada a cada una de las máscaras que estaban allí, hasta parar en una solitaria. Una mujer mirándola fijamente. Pero no era eso lo que la extrañó. No había comprado una sola máscara repetida y recordaba perfectamente a quien le había dado esa en concreto. Y ni la tipo tenía su porte, ni estaba tirada en el suelo borracha como hacía un minuto, ni llevaba la misma ropa.
- Se ha colado alguien - afirmó Jennie señalándole a Rosé a quien se refería.
- Llama a alguien de seguridad mientras yo intento razonar con ella para que no arme ningún escándalo - le sugirió Rosé mientras caminaba hacía Lisa.
Lisa ni se inmutó cuando la vio señalándola ¿La había reconocido con la máscara? ¡Le daba igual! En cuanto Rosé le acarició suavemente los brazos antes de caminar hacía ella, todo eso se le olvido. Donde estaba o con quien no importaba. Lo único que quería era moler a golpes a esa imbécil.
Rosé llegó ante Lisa con expresión dura pero no la amenazó, se limitó a ser lo más cortés que fue posible.
- Creo que no ha sido invitada a esta fiesta - advirtió Rosé serena.
- ¿Usted la organiza? - se escuchó distorsionada tras la máscara.
- No, yo soy una invitada más. Pero me han pedido que le muestre donde se encuentra la puerta - informó más seca.
- ¿Su novia? - preguntó Lisa furiosa.
- ¡Eso no es asunto tuyo! - espetó Rosé perdiendo la paciencia.
- ¿En serio? - dijo Lisa quitándose la máscara.
Rosé no dijo una palabra e instintivamente buscó con la mirada a Jennie que observaba la escena y se había llevado las manos a la boca horrorizada.
- ¿Encima te atreves a mirarla? - grito Lisa furiosa.
No se escuchó una palabra más. Solo un gemido de dolor, que emitió Rosé cuando Lisa la golpeó. Jennie sin pensarlo se acercó para separarlas. Pero Lisa no dejaba de golpearla y acusarla.
- ¡Cerda miserable! No sabes valorar lo que tienes - gruñó Lisa rabiosa.
Jennie no entendía nada. Lo lógico era que estuviese enfadada con ella, no con su novia ¿Y por qué le decía esas cosas? La gente se amontonaba y tenía que hacer algo.
- ¡Ya! - gritó Jennie y todos se pararon para mirarla.
Hizo un gesto a Eunwoo para que continuase el paso que había cesado al escucharla, para que se acercase y sujetase a Lisa antes de que tuviese otro ataque violento. Se acercó a Rosé a la que le sangraba levemente el labio y la ayudó a levantarse. Cuando vio que Eunwoo se llevaba a la fuerza a Lisa se lo impidió.
ESTÁS LEYENDO
Amigas Desconocidas || ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ ||
Lãng mạnLalisa Manoban era una chica guapa, seductora e inteligente. La mujer perfecta, que toda mujer desearía. Y lo sabía. Se había encargado personalmente de que todas ellas se lo confirmarán. No había fémina que se le resistiese. Aunque dulce y atenta c...