Jisoo corrió lo más deprisa que pudo hasta llegar al local. Aún era temprano para abrir, pero todos los empleados estaban ya allí. Llevaban una semana preparando la gran fiesta que se daría la noche siguiente. Una importante millonaria había reservado el local para una fiesta privada para todos sus socios. Jennie no había estado de acuerdo, pero cuando la mujer duplicó su propuesta inicial de alquilar el lugar, no pudo hacer nada. Eso no era bueno para el negocio. Todos debían tener claro que no eran más que nadie o se iría todo a pique. No le hizo ninguna gracia tener que cerrarle las puertas a otros clientes mucho más convenientes, para que una recién llegada presumiese ante todos. La tipa ni se había dignado a dar la cara. Solo había dicho que le gustaban las criticas que había escuchado del lugar y quería las puertas cerradas al público. Jennie no pudo negarse y ya que tendría que hacerlo, decidió hacerlo bien, así que planeó una velada que ninguno olvidaría.
Jennie estaba discutiendo por décima quinta vez con las bailarinas para explicarles que no podían hacer su baile normal. Era una fiesta, no podían subirse a una tarima y bailar para esos tipos. ¡No era un bar de mala muerte! Ella quería mostrar el estilo que caracterizaba al lugar. Las chicas estaban para animar la fiesta, pero si solo habría hombres en su mayoría, no pretendía exhibirlas como carnada. Había preparado un show, sexy pero elegante. Animaría la fiesta pero no se diría que era de mal gusto.
Jisoo se acercó de inmediato a Jennie y le contó el encuentro con las chicas y su metida de pata. Jennie le sonrió para relajar su nerviosismo y la tranquilizó.
- No dijiste nada que me descubra. Ya inventaré algo. ¡No te preocupes! – exclamó Jennie con una tierna sonrisa – Ahora sube con las demás a ensayar, que llegas tarde.
- Lo siento, lo siento muchísimo... - dijo Jisoo apenada.
- No seas boba. No pasa nada. Sube y colócate – le ordenó suavemente con tono despreocupado.
Si no tenía suficientes problemas ahora esto, pensó Jennie.
Pero el estrés por el trabajo era superior a cualquier tontería que pudiesen provocar dos niñitas que se aburrían y no tenían nada mejor que hacer que interrogar a una chica nerviosa.
Las chicas ya ensayaban como debían y los pocos hombres que habían estado cargando el material en la dirección que ella les había indicado.
La fiesta sería privada por lo que no necesitaría a todo el personal, así que había prescindido del elenco masculino de los trabajadores. Solo irían los necesarios para la seguridad, tanto de la puerta – para que no entrase nadie que no estuviese invitado – como de los clientes y de las chicas. Y eso tampoco le gustaba. No solo afectaría al negocio un día de puertas cerradas, sino que además, dejaría sin un día de sueldo a muchos empleados.
Irritada y furiosa, Jennie quiso alejarse de todos antes de acabar pagando con un inocente su frustración.
...
Rosé y Lisa se quedaron atónitas ante la imagen del local. Esperaron ver a Jisoo salir de nuevo o que algo explicase qué hacía ella allí. No es que fuese muy raro verla en un lugar como ese, pero no concordaba con lo que ella había dicho de encontrarse con Jennie .
- ¿Qué hace ella ahí? – se preguntó en voz alta Lisa.
- Parece que trabaja en ese sitio – dijo mirando el letrero – "Empire". He escuchado hablar de él.
- ¿Y quién no? Es el lugar de moda de los ricos y famosos. Y da igual cuanto dinero tenga mi padre, como yo no soy famosa nunca me dejan entrar – espetó enojada.
- ¿Pero esta chica no se iba a encontrar con Jen? – preguntó Rosé confundida.
- Yo creo que fue una excusa o algo así, porque llegaba tarde a trabajar y se avergonzaba de decir que era aquí – especuló Lisa.
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Amigas Desconocidas || ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ ||
RomanceLalisa Manoban era una chica guapa, seductora e inteligente. La mujer perfecta, que toda mujer desearía. Y lo sabía. Se había encargado personalmente de que todas ellas se lo confirmarán. No había fémina que se le resistiese. Aunque dulce y atenta c...